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Félix Martín

Tapia de Casariego, descroquetada

Una mala noticia para la economía y los desempleados del concejo

Podría ser el título de uno de los sainetes del gran Manolo Galano, pero no, qué va. El asunto es mucho más serio. Resulta que toda Asturias trata de salir del pozo del paro y emerger del modo que sea. Pero en Tapia no es lo mismo. Ahora sabemos que una nueva empresa tapiega de croquetas tiene que exiliarse al vecino concejo de Castropol, donde le ofrecen mucho mejores condiciones que en su propia casa. Tapia sólo cuenta con un polígono industrial a media asta, y privado, lo que reduce considerablemente las posibilidades de asentamiento de las empresas.

Llueve sobre mojado. Desde 2003, la fuga de empresas tapiegas por la falta de suelo industrial público no ha cesado. Primero fue Congelados Egea la que tuvo que salir del municipio con más de treinta vehículos y otros tantos trabajadores. La Fábrica de Conservas Entreislas se vio obligada, muy a su pesar, a instalarse en el vecino concejo de El Franco con más de una docena de trabajadores, mujeres, la mayoría. Pinturas Erigoyen tuvo que exiliarse al concejo de Coaña, con casi una veintena de empleados. Suministros de Hostelería Cash, de Rapalcuarto, tuvo que instalarse en Barres. Uromac Maquinaria del Eo (Premio a la Innovación Empresarial 2000) hizo lo propio, en este caso desde Tapia a Ribadeo. Y todo ello, todo, ante la impasibilidad de las distintas corporaciones municipales que, como la de ahora, se han mostrado incapaces de dar aliento a los 150 parados tapiegos, un 10% de su población activa.

Por si fuera poco, en los próximos meses el veterano hostelero tapiego Santiago Fernández Martínez, con más de 30 años en la profesión, que siempre ha apostado por su propio pueblo, que no para de crecer en la fabricación de croquetas desde que en 2017 inició esta aventura, cuando más de media España saborea su exquisito producto, y que a decir de todos los croqueteros son las mejores del mundo, también se dispone a abandonar Tapia para afincarse en Barres, cuyo polígono industrial (que comenzó después del tapiego), está abriendo su tercera fase. En fin.

Hace pocos días, el prestigioso psiquiatra español Luis Rojas Marcos, que fue director del sistema de Salud y Hospitales Públicos de Nueva York, declaraba que "la felicidad puede estar en un plato de croquetas". Pues nada, mientras tanto, Tapia sigue desmantelada, sin rumbo fijo, y descroquetada.

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