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La esquina

Parcelas para saber

La venta de terrenos del plan de vías dirá cuál es la situación real de la ciudad

El Ayuntamiento de Madrid, que preside la exjuez Carmena, tiene pensado, por lo visto, retirar el nombre de una calle a Enrique Jardiel Poncela, autor de la obra "Pero, ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?". Jardiel, muerto hace sesenta y tres años, podría resucitar y escribir una obra que se titulara "Pero, ¿ha habido alguna vez alguna parcela libre?", a cuenta de la decisión de Gijón de sacar a la venta las primeras parcelas del enorme solar, casi una pista de aterrizaje, que ha dejado libre el plan de vías, parado en seco por la crisis que apareció un buen día y de la que, por lo que cuentan, estamos empezando a salir.

El suelo de Gijón fue desde tiempo inmemorial un bien escaso, disculpa para la construcción en altura, algo que ahora no se rechaza siempre que esté realizada de forma sensata y equilibrada. En los tiempos del desarrollismo nadie se paró a quejarse de que la altura de los edificios del muro de San Lorenzo dejara en sombra amplias zonas de la playa desde primeras horas de la tarde. Los edificios con altura eran considerados pruebas del crecimiento del país, que salía de tiempos oscuros. Una zona fue bautizada como "Miami" en inútil sintonía con la ciudad de Florida. En aquellos tiempos los trenes llegaban hasta la estación que precedió al Musel del Ferrocarril.

Ahora habrá que ver cuántas parcelas merecen la atención de unos constructores que vapulean los días pares al Gobierno del Principado y los impares, al gobierno local. Van a ser datos, los de las supuestas ventas de los frutos de la concentración parcelaria local, de lo más reveladores de la verdadera situación de un mercado, el inmobiliario, que quiere recuperarse. Pero, sobre todo, van a ser datos reveladores para saber si una zona crucial de la ciudad va a cambiar de verdad o si, por el contrario, va a seguir siendo una especie de pista de aterrizaje de bolsillo, sin urbanizar, símbolo del vacío.

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