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Director científico del ISPA y profesor emérito de la Universidad de Oviedo

La realidad del HUCA en los rankings sanitarios

La producción científica como elemento más objetivo para medir la calidad de los hospitales

Desde hace unas décadas, vivimos una tendencia progresiva de evaluar todas las actividades, ya sean de profesionales individuales, instituciones financieras, sectores empresariales, universidades, hospitales e incluso el total de la producción científica de los países. Para llevar a cabo estas complejas valoraciones, han surgido en los más diversos campos multitud de empresas consultoras y agencias de calificación que evalúan determinados productos financieros o activos, ya sean de empresas o estados, valorando el riesgo de impago y el deterioro de la solvencia del emisor. Muchas de estas evaluaciones tienen consecuencias que pueden ser dramáticas para las empresas o el conjunto de un país. Por eso resulta absolutamente imprescindible que se hagan con el máximo rigor, evitando los errores groseros puestos de manifiesto en la Gran Recesión de la que apenas hemos salido. Toda evaluación tiene sus consecuencias y, por ello, el procedimiento debe ser fiable y dar lugar a resultados comprobables y objetivos.

El establecimiento de rankings de hospitales y profesionales sanitarios es algo de obvio interés para la sociedad. Pueden ser un elemento de guía para, en caso de una enfermedad compleja, saber dónde podrían ser mejor atendidos los pacientes, lo mismo que representa un acicate para el progreso de los profesionales y las organizaciones sanitarias, sobre todo las privadas en busca de un mayor nicho de mercado. En Estados Unidos, el sistema más acreditado es el U.S. News Best Hospitals, que valora los hospitales tomando fundamentalmente datos objetivos.

En España existen diversos rankings que pretenden medir la excelencia de los hospitales y de los servicios hospitalarios. Así, los Premios TOP 20, el Ranking Webometrics o los premios BiC (Best in Class) se elaboran según unos criterios más o menos objetivos que valoran principalmente la eficiencia de la gestión en la resolución de ciertos procesos, generalmente no muy complejos, por lo que no están orientados a determinar cuáles son los hospitales con mayor capacidad en los procesos de gran complejidad que requieren una alta especialización y disponibilidad de la última tecnología.

Una forma extendida de evaluar a los hospitales consiste en medir la percepción que determinados colectivos tienen de la reputación de los mismos. Para ello se realizan encuestas entre el personal sanitario o las asociaciones de pacientes acerca de qué hospitales serían los elegidos en caso de tener un problema de salud de una determinada especialidad.

La reputación de un hospital es una medida compleja en la que intervienen diversos componentes, la mayoría de ellos subjetivos. Por un lado, el número de los encuestados es mayor en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, por lo que prácticamente citarán sólo hospitales de su entorno. Por otra parte, resulta obvio que en estas ciudades se concentran algunos de los mejores hospitales de España, que a menudo salen en los medios por desarrollos novedosos, lo que hace que los encuestados de la periferia tiendan a concentrar sus preferencias en ellos.

Cabe decir, por otra parte, que salvo los médicos de una determinada especialidad, la mayoría poco saben dónde pueden resolverse mejor problemas de especialidades ajenas, por lo que en su desconocimiento tenderán a concentrar las respuestas en hospitales de las dos grandes ciudades que, si bien en términos generales pueden ser muy solventes, en determinadas especialidades no lo son tanto.

La OCU realizó en dos ocasiones (2005 y 2012) rankings de hospitales y servicios clínicos en España basados en la reputación. Sin embargo, son dos las instituciones que los han retomado en los últimos años. Por un lado, el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada elabora el "Índice de Excelencia Hospitalaria", pero es más conocido y seguido por los medios de comunicación el ranking denominado "Monitor de Reputación Sanitaria" elaborado por Merco.

En su última edición, noticia ampliamente cubierta por LA NUEVA ESPAÑA del domingo 3 de diciembre, contó con la participación de más de 5.000 encuestados, más de la mitad enfermeros, unos 1.400 médicos especialistas, 500 pacientes y el resto otro tipo de personal relacionado con la sanidad. Una de las debilidades de dicho ranking son los saltos que de un año al siguiente se producen entre algunos de los hospitales listados, como ilustra muy bien que en 2016 el HUCA ocupara el puesto 47 y en el presente año pasara al 19. Igualmente, hay hospitales comarcales que ocupan puestos privilegiados y algún gran hospital en posiciones incomprensiblemente retrasadas, lo que choca con la realidad.

En consecuencia, estos rankings son poco fiables y tremendamente subjetivos, por lo que, en ausencia de parámetros asistenciales sobre procedimientos complejos, deberían utilizarse otros métodos más objetivos para establecer el lugar aproximado que cada hospital y servicio ocupan en el concierto nacional, de lo que es paradigma el análisis de la producción científica.

Así, en un trabajo publicado en "Medicina Clínica" en 2006 por M. A. Asenjo y colaboradores, se observó una estrecha correlación entre la reputación asistencial de servicios hospitalarios de cuatro especialidades -valorada mediante una encuesta dirigida a médicos especialistas de las citadas áreas- y la producción científica estimada en artículos publicados y citas recibidas en revistas internacionales indizadas en la base de datos del JCR.

Es decir, a mayor actividad investigadora clínica o básica, mayor puntuación por los especialistas del ramo basándose en el prestigio de la actividad asistencial. Está claro que el esfuerzo por investigar sobre las bases biológicas de las enfermedades o por innovar los métodos diagnósticos y terapéuticos produce unos profesionales de alta cualificación, infinitamente superiores a aquellos practicones que repiten acríticamente lo que aprendieron cuando eran residentes.

Recientemente ha salido publicado en la web, por BAC-Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació, el "Mapa Bibliométrico de España en Biomedicina y Ciencias de la Salud 1997-2011". El período de análisis comprende 15 años con el objetivo de ofrecer una perspectiva temporal amplia que permita valorar el impacto de las publicaciones más recientes. Este análisis se extiende a todos los hospitales de España e incluye una serie de parámetros de los que, en la tabla adjunta, se muestran el número total de artículos científicos, las citas recibidas, los documentos que se situaron en el Top 1% más citado del mundo en sus respectivas disciplinas y año de publicación (HCP), y el porcentaje de artículos con participación internacional de los 25 primeros hospitales clasificados.

En este mapa, el hospital que con gran diferencia figura en el primer lugar de España, duplicando la producción del segundo, es el Clínic de Barcelona. En lo referente al HUCA, y dado el período de tiempo que cubre el estudio, algunas de las publicaciones figuran asignadas al Hospital Nuestra Señora de Covadonga y otras al Hospital General de Asturias, que sumadas a las del HUCA hace que éste se sitúe en la posición número 14 de España, aventajado por sólo dos hospitales de fuera de Madrid y Barcelona: La Fe, de Valencia, y Virgen del Rocío, de Sevilla. Este método de ponderar la actividad de los hospitales es totalmente objetivo y se basa en parámetros por los que se analiza internacionalmente la ciencia. Además, ofrece una foto que abarca un número considerable de años y que no está sujeta a los vaivenes de los opinantes de un año para otro, lo que representa la realidad de cada institución de forma mucho más fidedigna.

Dentro de la información que puede obtenerse de este estudio también figura un ranking por áreas de conocimiento de los hospitales, lo que a veces no se corresponde totalmente con el nombre de los servicios clínicos. A diferencia del Monitor de Reputación Sanitaria, donde sólo figuran dos servicios del HUCA entre los 15 primeros de toda España (Otorrino y Maxilofacial), en el Mapa Bibliométrico lo hacen un total de 10. El servicio de Otorrinolaringología figura muy destacado en el primer lugar, mientras que en tercer lugar lo hacen las áreas de Nefrología y Urología (fundamentalmente por la actividad del servicio de Metabolismo Óseo y Mineral) y de Odontología y Estomatología (servicio de Cirugía Maxilofacial). Además, entre los puestos 5º y15º se sitúan las áreas de Rehabilitación, Laboratorio Clínico, Medicina Intensiva y de Urgencias, Pediatría, Gastroenterología y Hepatología, Oncología y Transplantes (principalmente por la actividad de Inmunología). No muy lejos de los primeros, entre los puestos 15-20, tenemos a otra buena muestra de servicios del HUCA: Reumatología, Anatomía Patológica, Neurología, Sistema Cardiovascular e Inmunología.

Resulta estimulante que en el ranking que realmente cuenta con garantías de objetividad, el HUCA figure en una posición destacada, lo que hace concebir esperanzas de que a medio plazo pueda escalar posiciones y situarse en el entorno de los 10 mejores. El traslado a las nuevas instalaciones y la puesta en marcha del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) son dos datos cruciales que apuntan en esa dirección.

No obstante, para que este objetivo sea alcanzable es imprescindible cambiar la política de selección de personal facultativo y ligarla totalmente al mérito, así como realizar acciones para captar a los mejores estudiantes de nuestra Universidad y atraer talento de fuera. De esta forma, podrán retornar aquellos mitificados tiempos del Hospital General de Asturias, con los que hay una diferencia sustancial: entonces no había competencia, y ahora la hay, y muy dura.

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