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Pediatra del área VI

Una pediatría sana y fuerte para Asturias

La necesidad de revisar el pacto de contrataciones respetando a los trabajadores y sin vulnerar los derechos de los niños

Existe un problema importante con la pediatría en Asturias que golpea con fuerza al Oriente, pero que también conocen en el Occidente, por ejemplo en Navelgas, o en muchos dispositivos del centro, como en Oviedo, Gijón y Siero.

Y existe también una causa clara para este problema: la gestión inadecuada que durante años los sucesivos servicios de salud del Principado (Sespa) han hecho de la atención pediátrica en la comunidad autónoma.

Resulta frustrante escuchar cómo repiten como argumento la falta de pediatras para justificar su propia falta de capacidad organizativa.

Por un lado, hay una operación aritmética sencilla: cada año se forman en Asturias tantos pediatras o más que los que se jubilan. No es cierto que no haya suficientes profesionales.

Por otro lado, hay que insistir, a riesgo de resultar pesados, que un menor de 14 años es igual, y debería tener los mismos derechos, en Panes o Ibias que en el centro (si apostamos por consolidar población en el campo, claro). Y entre estos derechos se encuentra la atención adecuada a su salud. Sin olvidar que, en algunos de estos lugares, la dispersión y la distancia a los centros sanitarios suponen ya una dificultad añadida.

Con estas dos variables resulta imprescindible sentarse cuanto antes a buscar la manera de que los profesionales, que los hay, encuentren alicientes para quedarse a trabajar en Asturias. Y buscar asimismo fórmulas para que no se repitan situaciones que, al contemplar determinados movimientos de profesionales, tienen como resultado directo (e inadmisible) que más de un millar de niños se queden sin su pediatra.

Esto es exactamente lo que está ocurriendo en Llanes y, por extensión, en Cabrales, las Peñamelleras y Ribadedeva. "Cinco concejos sin pediatra", ni más ni menos, el eslogan que las familias han escogido para plantarse en la calle y exigir una solución.

La política debe hallar soluciones, y si el Gobierno no da con ellas, desde la oposición ya se están planteando. Podemos, que ha estado y está en las concentraciones con las familias, en la puerta de los consultorios y en contacto con profesionales, hizo una propuesta clara. Hay dos actores que deben sentarse con cierta urgencia: el Sespa y los sindicatos. Y desde la cordura, pensando en pacientes y profesionales, revisar el actual pacto de contrataciones para mejorarlo, de manera que, respetando los derechos de los trabajadores, en ningún caso se vulnere el derecho de los niños a recibir la atención que merecen. También cabría plantearse desdobles de cupos para mejorar la asistencia y reforzar la plantilla de cara a imprevistos.

Igualmente imprescindible es buscar fórmulas, y las hay, para que los pediatras que se forman aquí no estén deseando marcharse, y para que los profesionales se animen a implicarse en sus plazas lejos del centro y a trabajar en ellas con ilusión y satisfacción.

La respuesta en ningún caso puede ser la huida hacia adelante del Consejero, anunciando que la pediatría de atención primaria es innecesaria y está abocada a desaparecer.

Espero que estas primeras concentraciones de madres y padres reclamando con toda justicia un pediatra para sus hijos le den una idea de que una declaración así es, como mínimo, desafortunada.

Debería pararse un segundo a escuchar a las familias, a los profesionales y a otros grupos políticos que, a pie de calle, tienen propuestas reales que hacer.

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