La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Tuneado de bebés chinos

Los chinos, que todo lo imitan y todo lo copian, se empeñan ahora en ser pioneros en cualquier actividad, y los que vengan detrás, que arreen. Un biofísico, Jiankui He, nativo del gigante asiático, acaba de crear un enorme revuelo entre la comunidad científica internacional al anunciar en un congreso médico el nacimiento en su país de dos bebés, Lula y Nana, genéticamente mejorados.

Lo primero que chirría al lector lego de las cuestiones biomédicas es lo de "bebés modificados genéticamente". O sea, que ya no hay reparos en moldear el ADN de los embriones humanos como se tunea un coche. Se habla también de "niños editados genéticamente", no se sabe si en edición de bolsillo o con tapas de lujo, que ésa es otra, puesto que si estas prácticas se generalizan, conducirán inexorablemente a una dura pugna por la mejora genética de la especie: soldados más fuertes, deportistas mejor dotados, emprendedores más eficientes, nuevos cánones de belleza... O sea, una estirpe nueva de humanos con características físicas y mentales enriquecidas, y una brecha más aguda aún entre los pobres y los ricos, entre los que podrán pagar el tuneado y los que no. A alguien se le puede ocurrir, por ejemplo, resucitar a un neandertal insertando su ADN en un óvulo humano y promover su gestación en un vientre de alquiler. No es una broma: tan peregrina idea la propuso hace tiempo uno de los gurús del transhumanismo, George Church, catedrático de Genética en Harvard.

Alguien podrá aducir que tratar asunto chino de tamaña gravedad en tono desenfadado es humor amarillo, pero más bien se antoja terror asiático rebasar líneas rojas que desconocemos adónde pueden conducir en manos desaprensivas.

Compartir el artículo

stats