La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Latidos de Valdediós

Ranas en agua tibia

Una parábola sobre la que meditar

Ayer me contaron una historieta-parábola que me está haciendo pensar un montón: es sobre una rana. Contaban de una ranita que estaba habituada a vivir siempre en el agua templadita y tibia, muy cómoda y feliz, y que, cuando un día la metieron en el agua muy caliente, que le puede causar la muerte, al estar relajada y acomodada en el agua tibia, no tuvo capacidad de reaccionar y murió. Mientras que, si la ranita acostumbra a vivir en el agua fría, no templada, cuando alguien intenta sumergirla en el agua caliente, capta la diferencia de temperatura y reacciona saltando y huyendo del peligro.

Esto es lo que -trasladado a nuestra sociedad actual- me ha hecho pensar. ¿En qué punto estamos? Exactamente en ese: tratan de remojarnos en agua tibia para que perdamos la capacidad de reacción ante el mal que nos acosa y nos conduce a la muerte. Porque hay muchas clases de muertes: no sólo existe la muerte física, existe la muerte moral, la necrosis del corazón, la insensibilidad? Nos tragamos verdaderas atrocidades como si nada? ya las vemos normales. Acabamos por decir que "ahora es así" y nos quedamos tan panchos, ya no nos remuerde la conciencia? ¡tremendo! Y ¿por qué ya no reaccionamos ante nada y tenemos la conciencia anestesiada? Por la tibieza en que vivimos. La tibieza es un anestésico natural; no sé si lo sabéis, pero en la antigua Roma, los que querían suicidarse sin sufrir hacían lo siguiente: se sumergían en una bañera de agua templada y una vez allí se abrían las venas y se dejaban desangrar tranquilamente.

Esta es la imagen de lo que sucede en la generalidad de las personas: a base de mentalizaciones e ideologías "extrañas" y claramente inmorales, que deforman y desdibujan lo que es una persona humana, que van contra su propia esencia y naturaleza, nos han conducido ya de la inmoralidad a la amoralidad, porque la moralidad -los criterios morales- son parte constitutiva de ser humano. Han logrado arrancar de nuestro interior la ley natural, la moral propia y básica del ser humano, la que hace saltar la alarma en nuestra conciencia? la han desactivado y ya no salta esa alarma.

Han logrado que vivamos sin moral, sin principios de ningún tipo y que eduquemos de esa manera a nuestros jóvenes y niños? esa es la bañera de agua tibia en que nos han sumergido y después ya? nos pueden abrir las venas y dejar que nos desangremos, porque no nos vamos a alterar. Ya no tenemos capacidad de reaccionar ante el peligro, el instinto de supervivencia moral (la conciencia) y nos pasa exactamente lo que a la rana: que ya no reaccionamos ante el peligro.

No quiero poner amargura ni ser negativa, pero siento necesidad de ser realista y de que todos nos resituemos en la realidad: no podemos instalarnos en la amoralidad y hacer de ella una forma de vida, porque eso no es vida, sino un suicidio a cámara lenta, intencionadamente solapado y camuflado. ¡Reaccionemos! Y tomemos nuestras propias decisiones: sí o no, bien o mal? Huyamos del borreguismo, de la tibieza moral, y seamos coherentes y responsables: fríos o calientes, pero libres y conscientes, ni manipuladores ni manipulables.

Compartir el artículo

stats