La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica / Música

El “León” da vida a la polifonía del Siglo de Oro

La coral asturiana despide el año en el Festival de Música Antigua de Gijón

Las entradas volaron en cuanto salieron a la venta. Era algo previsible: “El León de Oro” ha llenado todos los recintos en los que ha actuado en Gijón y las limitaciones de aforo convirtieron el concierto del pasado viernes en un evento con aire exclusivo para los pocos que pudieron presenciarlo en el Antiguo Instituto, si bien muchos otros pudieron asistir a través del canal de YouTube por el que el festival está retransmitiendo los recitales de esta edición.

En esta ocasión, la coral luanquina se presentaba en la ciudad con “Margarita pretiosa”, un programa conformado por obras polifónicas del Renacimiento español, en el que abundan nombres poco conocidos para el gran público, como Melchor Robledo, Juan Navarro, Alonso de Tejeda o Diego Ortiz, y con el que “El León de Oro” se impuso en la modalidad de “música antigua” del “Circuitos FestClásica 2020”.

Mal año para que estos compositores ganen protagonismo, dadas las restricciones, pero una labor encomiable la de esta formación coral, que va más allá de la mera interpretación para involucrarse en rescatar y difundir con rigor el patrimonio musical más desconocido.

El concierto del viernes fue una lección de técnica vocal renacentista. Los integrantes de la coral no llegaban a la veintena y cantaban con mascarilla, pero la calidad individual de todos los efectivos y el empeño del director, Marco Antonio García de Paz, hicieron que todo sonase en su justa medida, dando vida a un repertorio que puede caer en la banalidad si no se aborda con el cuidado preciso. La polifonía renacentista se mueve de forma horizontal, superponiendo voces que deben sonar con la textura correcta para lograr el efecto y la coloratura tímbrica adecuada al texto. Es la palabra la que manda, más aún en el repertorio religioso, y los integrantes de “El León de Oro” no escatimaron en retórica para conseguir la dicción apropiada y la articulación de fraseo más oportuna para cada verso.

Así, las voces emergían a veces con discreción y otras se imponían momentáneamente reclamando atención. Esas complicadas transiciones dinámicas son especialidad de esta formación coral, al igual que el juego contrapuntístico que abunda en el repertorio del Renacimiento. En el recital gobernó la contención propia del misticismo español del periodo; piezas con un tempo reposado y flexible y con pocos excesos de ornamentación, reservados especialmente para los “alleluia” que cierran los “Regina caeli” de Cristóbal de Morales y Tomás Luis de Victoria. Sin embargo, la emoción estuvo presente en todo momento, y es que “El León de” Oro sabe jugar con la densidad sonora, con la agógica y con la dialéctica tensión-relajación que mantiene la expectativa y arrastra al oyente hacia un universo sonoro construido con una equilibrada arquitectura de voces. El viernes sonaron, además, en un respetuoso silencio que sólo se interrumpió con la prolongada ovación final. Sin duda, un lujo para los amantes de la música antigua.

Compartir el artículo

stats