Hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer. En un año marcado por la pandemia, es justo homenajear a las mujeres que han contribuido con su compromiso y profesionalidad a combatir el virus en la primera línea: a las médicos, enfermeras, auxiliares, celadoras y limpiadoras; y también a las que con enorme esfuerzo han trabajo duro para que la crisis sanitaria no pasara factura a la educación de nuestros hijos: las profesoras.
Toda la sociedad debe mucho a esas profesionales imprescindibles que en los momentos más complicados han dado un paso al frente para proteger nuestra salud, y para hacer que esta pandemia no hipotecara el futuro de las generaciones más jóvenes.
Hombres y mujeres han luchado de igual a igual contra el virus y esa es otra de las lecciones que nos deja este año convulso.
En materia de igualdad de oportunidades, nadie puede negar que en los últimos años la sociedad española ha avanzado mucho, pero la irrupción del coronavirus, como en el resto de las facetas de nuestra vida, también ha supuesto un reto en esta materia.
Algunos datos ya revelan que la pandemia ha tenido una especial incidencia en materia de empleo femenino, brecha salarial y conciliación.
Como sociedad, no podemos permitirnos dar un paso atrás.
Conseguir la igualdad real debe ser prioritario para todos, pero deben ser las Administraciones las que tomen las medidas oportunas para facilitarlo y las que favorezcan este progreso permitiendo que las oportunidades sean las mismas independientemente del sexo y solo en función de los méritos y la capacidad, sin cuotas, tutelas o paternalismos.
Hoy más que nunca: ni un paso atrás en la consecución de la igualdad.
