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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Zapatero y el fondo de saco

Hasta que llegó Pedro Sánchez dispuesto a destrozar todos los registros imaginables, José Luis Rodríguez Zapatero era considerado unánimemente el peor presidente desde la restauración democrática en España. Incluso peor que Rajoy, que le guardaba más devoción al “As” que al BOE. Zapatero fue aquel visionario que ante 120 jefes de Estado y de Gobierno, en el plenario de la Cumbre del Clima, sentenció solemne que “la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento”. Pronunciamiento de indio tabajara más afín a una noche de luna llena en torno a la hoguera a convocatoria del brujo de la tribu que de un mandatario medianamente amueblado.

Pues bien, al genio en cuestión le debemos en Asturias el fondo de saco del tren en León que ha obligado durante años, hasta hoy, a circular un tramo en marcha atrás, tal que el viaje a Madrid al paso por la capital leonesa provocaba tal mareo que hacía recomendable administrarse una tortilla de diazepam.

Hablamos del mismo tipo que en julio de 2007, en el arranque evidente de una grave crisis económica, vaticinó que la siguiente legislatura se lograría el pleno empleo. No contento con la hipérbole, en agosto de ese mismo año aseguró que España estaba totalmente a salvo de la crisis financiera y que la economía española había entrado “en la Champions League de la economía mundial”, con el sistema financiero “más sólido de la comunidad internacional”. Luego vino lo que vino y el personaje ahuecó el ala, no sin antes soltar perlas tales como que no hay parados sino personas apuntadas al paro, que es tanto como decir que no hay borrachos sino consumidores habituales de alcohol.

Cuando los ciudadanos le dieron la espalda, Zapatero dijo que el mejor destino es “el de supervisor de nubes acostado en una hamaca”. Tal debió hacer, exiliado en Babia, donde habitó durante su mandato.

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