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J. M. Martín

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J. M. Martín

Homoerotismo normalizado

Que la edición de este año presente al primer dúo interpretado por dos hombres que cantan al amor (y al desamor) en toda la historia de Eurovisión, ni sorprende ni asusta. Y es justo eso lo que más sorprende y alegra.

Dos lombardos muy populares entre el público LGTBI italiano (el milanés Mahmood y el jovencísimo cantautor Blanco) se subirán al escenario del Pala Alpitour de Turín el próximo sábado para defender a Italia con sus “escalofríos” (traducción de “Brividi”, el tema concursante y que es toda una joya).

Con una sensibilidad arrolladora proceden a interpretar la preciosa balada -la letra no tiene desperdicio-, derrochando una delicadeza extrema, un gusto exquisito al entonar los agudos en el estribillo y una puesta en escena intimista en la que destaca el destello de luces blancas que la envuelve en una atmósfera mágica y emocionante. “Brividi” es una de los rivales más fuertes que tiene el “sloMo” de Chanel, siendo otra de las grandes favoritas de esta edición. De ganar, el país de la bota lo haría por segunda vez consecutiva y albergaría cuatro victorias a sus espaldas.

Son dos hombres cantando al desamor, igual que lo harían dos mujeres o un hombre y una mujer. Eurovisión siempre visibiliza. Pero, además, nos muestra el reflejo de una sociedad europea que (afortunadamente) va normalizando pautas, conductas que fueron estigmatizadas y tabúes que poco a poco van dejando de serlo.

Que la edición de este año presente al primer dúo interpretado por dos hombres que cantan al amor (y al desamor) en toda la historia de Eurovisión ni sorprende ni asusta. Y es justo eso lo que más sorprende y alegra.

Dos lombardos muy populares entre el público LGTBI italiano (el milanés Mahmood y el jovencísimo cantautor Blanco) se subirán al escenario del Pala Alpitour de Turín mañana, sábado, para defender a Italia con sus “escalofríos” (traducción de “Brividi”, el tema concursante y que es toda una joya).

Con una sensibilidad arrolladora proceden a interpretar la preciosa balada –la letra no tiene desperdicio–, derrochando una delicadeza extrema, un gusto exquisito al entonar los agudos en el estribillo y una puesta en escena intimista en la que destaca el destello de luces blancas que la envuelve en una atmósfera mágica y emocionante. “Brividi” es de los rivales más fuertes que tiene el “sloMo” de Chanel, siendo otra de las grandes favoritas de esta edición. De ganar, el país de la bota lo haría por segunda vez consecutiva y albergaría cuatro victorias a sus espaldas.

Son dos hombres cantando al desamor, igual que lo harían dos mujeres o un hombre y una mujer. Eurovisión siempre visibiliza. Pero, además, nos muestra el reflejo de una sociedad europea que (afortunadamente) va normalizando pautas, conductas que fueron estigmatizadas y tabúes que poco a poco van dejando de serlo.

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