Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Pobres criaturas", ¿bomba o piñata?

El envoltorio es así: un goticismo luminoso con el mismísimo Doctor Frankenstein al frente, piezas estilo Tarantino al guion, Buñuel al imparable registro erótico y Tim Burton al estético. Dentro va, como primera capa, un cuento infantil de superación y crecimiento femenino (Bela llega para quedarse), tan brutal como totalmente incorrecto bajo los estándares más clásicos y oficiales del movimiento. Más abajo, conjurando cualquier malditismo, una fe buenista un tanto ingenua en el buen (la buena) salvaje y la salud primigenia de la condición humana. Y en el núcleo, contra pronóstico, un dulce licor de amor puro que incluye, con ternura conmovedora, un poema de inmenso cariño filial. Todo ello ejecutado con perfección actoral, emborrachado en minimalismo musical progresivo y bajo una mirada expresionista de óptica cambiante. Si este filme domina los "Oscar", todo habrá cambiado otra vez.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.