La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Santianes d'Ola, una aldea de cuento

Los vecinos, que recientemente protagonizaron una publicación del escritor Ignacio Amigó, reclaman mayor promoción para la ruta al Mofrechu

América Llorente y Mari Carmen Allende, ayer.

Santianes d' Ola es una aldea de cuento desde que el educador social vasco Ignacio Amigó decidió retratar a comienzos de año y por escrito a los vecinos que poblaron los mejores recuerdos de su infancia. Entre esos personajes se encuentra Juan Manuel González, ganadero jubilado que usa el mismo tractor y el mismo coche Panda desde hace más de tres décadas. González reside en la última casa de las 15 que hay habitadas en el pueblo, en el barrio de El Triyón, a un paso de la antigua escuela y de la capilla de San Juan donde cada 24 de junio hacen fiesta. Como compañía ocasional tiene una decena de gatos, otras tantas gallinas correteando frente al portal y a su hermana Clara, que no duda en sacar la bandeja para invitar a los visitantes que se acercan a Santianes al queso de vaca ahumado que ella misma fabrica bajo el nombre de "Talamera". Los hermanos atesoran una auténtica joya junto a su vivienda: un molino de lino en el que la tradición oral cuenta que se hacía tela para los escarpinos. "En esta zona abundó siempre el agua y junto a la orilla del río Zardón se llegaron a contabilizar hacia 22 molinos aunque ninguno funciona", explican. La rutina de su jubilación la interrumpen a menudo los turistas que acuden a hacer una ruta hasta el Mofrechu y requieren su ayuda por falta de señalización del camino. Para llegar a Santianes d'Ola tienen dos opciones: por la carretera de Llabra (son 17 kilómetros de distancia desde Cangas) o por la de Peruyes. Esta última cuenta con unos baches tan grandes que los habitantes bromean con que "para llegar a este cielo de aldea hay que transitar por un infierno de carretera".

La mejor promoción de la ruta al Mofrechu (puerto de Cuana) es precisamente una de las reivindicaciones de vecinas como Mari Carmen Allende, dueña del bar "El Cantiellu" y de una de las dos casas rurales de la aldea. "La senda es preciosa, estás arriba en hora y media y desde allí ves Lastres, Llanes o el Naranjo de Bulnes", explica esta vecina de 51 años, que además cultiva una huerta ecológica. "Podrían poner una indicación para que los senderistas salieran desde la Cueva (barrio de antiguas cuadras) para bajar a Santianes del Agua o a Viña y acondicionar aparcamientos. Si se promociona bien vendrían muchísimos enamorados de la montaña", aventuró. En cuanto al futuro de su negocio está tranquila pues ve en su hijo Víctor Allende un buen relevo generacional. Su hermana gemela Mari Cruz también tira del bar donde, según los vecinos, "se hace la mejor ensaladilla rusa del mundo". Mari Carmen es la promotora de las fiestas de San Juan que cada junio se celebran en la antigua pista cubierta construida por los vecinos. "Hay mucho ambiente, sobre todo en la parrillada, aunque no vienen orquestas grandes porque el camión no pasaría por la carretera tan estrecha", matiza. Para futuras ediciones del festejo vecinas como América Llorente, que nació en Llabra pero lleva varias décadas residiendo en Santianes d'Ola, reclaman el acondicionamiento de baños en la antigua escuela. "Para darle uso también podría ponerse algún ordenador a modo de telecentro en el edificio aunque la conexión aquí de momento va mal", propusieron los lugareños.

Compartir el artículo

stats