Los marineros de Ribadesella se echaron ayer a la calle para celebrar el día grande de su patrona, la Virgen de Guía. Decenas de personas los acompañaron en procesión desde la iglesia hasta el puerto, donde la imagen embarcó en el "Nuevo Mar Azul", como es tradición, para rendir homenaje a los fallecidos en la mar.
Rompiendo el protocolo, la comitiva hizo una parada a la altura de la rula. Allí se encontraba la vecina Ángeles Gonzalo rodeada de buena parte de su familia. La mujer, de 79 años, es gran devota de la Virgen de Guía pero por encontrarse convaleciente este año no pudo subir a la ermita a ponerle flores. Por eso, los marineros decidieron hacer un alto en el camino y postrar a sus pies la imagen de la Virgen, adornada con rosas blancas, para que seleccionara la flor que más le gustara y se la llevase a su hogar. "La voy a poner en mi habitación para que me proteja", apuntó emocionada Gonzalo.
Después, entre los pitidos de la rula y los voladores la imagen embarcó en el "Nuevo Mar Azul" para adentrarse una milla mar adentro, a la altura de la Rambla, donde los asistentes rezaron un responso en memoria de los marineros fallecidos y las autoridades locales lanzaron una corona al agua.
El barco, propiedad de Emilio peñil, estaba especialmente decorado para la ocasión con banderas de distintos países. "Me las prestaron y pensé que era una buena forma de que todo el mundo se sintiera incluido en la celebración", resumió el patrón. Los pesqueros "Velamar", "Nuevo Atalaya", "Urribarri", "Mares del señor", "Punta Carreros" y "Mariel" junto con una quincena de embarcaciones recreativas participaron en el evento y dieron una vuelta en círculo alrededor de la corona lanzada al mar en señal de duelo y respeto. La fiesta continúa hoy con misa, comida de hermandad y juegos.
