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ÁLVARO COLLAR DE LA MATA | Jugador de bolo vaqueiro, premio "Pico Peñamellera" 2018

"Me gustaría que el bolo vaqueiro se abriese al mundo e ir a jugar a América"

"Debemos seguir trabajando en la divulgación de esta modalidad para que, una vez recuperada, no se vuelva a perder"

Álvaro Collar de la Mata, en plena acción de juego. LNE

Álvaro Collar de la Mata (Cangas del Narcea, 1990) es, pese a su juventud, una leyenda del juego del bolo vaqueiro. Su constancia y el amor por este juego tradicional inculcado desde muy niño por su padre y su abuelo le han valido para ser galardonado con el prestigioso premio "Pico Peñallemera" 2018 que concede la asociación bolística del mismo nombre y con sede en Panes. Entre su brillante palmarés en esta modalidad recuperada a finales del pasado siglo están los siete títulos que acumula como campeón de Asturias en individuales, ocho por parejas y cinco por equipos.

- ¿Desde cuándo juega a los bolos?

-Los he vivido desde muy niño de manera muy intensa, pues mi padre construyó una bolera en casa para que jugásemos mi hermano y yo.

- ¿Cómo se enteró de que había sido galardonado con el premio "Pico Peñamellera"?

-Ha sido una sorpresa. La verdad es que otros años sí que seguía quiénes eran los nominados y me interesaba por los ganadores, pero este año estuve un poco desconectado por temas laborales. Me enteré por medio de un whatsapp que me mandó mi amigo Carlos Suari.

- ¿Se lo esperaba?

-No. Para mí supone un orgullo enorme y mucho prestigio. Que una persona tan joven como yo reciba un premio como este no me lo esperaba. En lo que a divulgación del juego de los bolos se trata, y por la trayectoria, hay gente muy importante con mucha más edad que yo y muchos más años jugando. Por eso fue una sorpresa.

- ¿Cuáles son los primeros recuerdos que tiene ligados a esta modalidad?

-Juntarme por el verano con un montón de amigos en la bolera que construyó mi padre, hacer una parrillada y estar todo el día jugando a los bolos. Para mí esos momentos eran una fiesta y una celebración.

- ¿Está consolidada la recuperación del bolo vaqueiro en Cangas del Narcea?

-El primer paso para recuperar este juego está dado habiéndose inscrito la modalidad en el registro de juegos tradicionales a nivel nacional y europeo. Es una modalidad que ya se ha recuperado, pero se debe seguir trabajando en su divulgación y promoción para que la gente joven la conozca.

- ¿Cómo se trabaja con las nuevas generaciones?

-Vamos por los colegios y los institutos dando clases de bolos. Esta es una labor muy importante para dar a conocer la disciplina entre potenciales nuevos jugadores. Sería también positivo que los que mandan se preocupasen un poco más de las alas y se valorase y se reconociese lo que aquí se hace.

- ¿Cuál es el mejor consejo que le han dado como jugador de bolo vaqueiro?

-El mismo que me dieron para desenvolverme en la vida: que hay que ser humilde y no creerse más que nadie.

- ¿Cuál ha sido su mayor logro?

-Mi mejor recuerdo está ligado a la primera vez que quedé campeón de Asturias en la modalidad individual absoluto, con 16 años. La primera vez que gané el campeonato de Asturias por parejas junto a mi hermano fue también un momento muy especial.

- ¿Qué objetivos se ha marcado de cara al futuro?

-Quiero consolidar mi posición como jugador, seguir ganando y fomentar el buen ambiente en las boleras, que exista armonía y que entre todos los que formamos la peña Josber sigamos luchando por este deporte.

- ¿Tiene algún sueño por lograr?

-Si, dos. El primero es que una vez recuperada la modalidad no se vuelva a perder. Me gustaría que nos abriésemos un poco al mundo y se extendiese por otros lugares y pudiésemos ir a jugar torneos a América, como ha pasado con el bolo celta.

- ¿Qué le diría a la gente que no conoce este juego?

-Es un deporte que mezcla fuerza y precisión a partes iguales. Al ir por puntuación siempre tiendes a superarte a ti mismo y engancha.

- ¿De quién se acordará cuando reciba el premio?

-Me acordaré de mi familia, de mi novia y de todos los que de alguna manera me apoyan. Mi padre, José María Collar Cadenas, mi hermano Guillermo y mi madre, Berta de la Mata, que, sin ser aficionada ni jugar, va con nosotros a todos los lados y trabajó mucho por las instalaciones, en labores organizativas o para buscar patrocinadores. Tiene mucho mérito, pues lo hizo por la afición que nosotros tenemos por este deporte. Estaré agradecido eternamente a la asociación Pico Peñamellera por acordarse del bolo vaqueiro.

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