"La escultura está en frente del cementerio porque creo que esa figura encuentra su sitio ahí, es una especie de guardián de las almas". El escultor piloñés Manuel Díaz Migoyo inauguró ayer, rodeado de numerosos amigos y vecinos de la zona, en el barrio riosellano de La Cuesta una de sus creaciones, un "Ícaro" que el propio autor ha decidido donar a la villa.

Este creador ha sido desde hace años un apasionado de la escultura, pero no fue hasta su jubilación cuando decidió hacer realidad sus obras, una tarea a la que se ha dedicado en los últimos cuatro años. Y ahí es donde se ha realizado como artista. "Mi mayor satisfacción es hacer las piezas a mi gusto y que la gente las vea y las disfrute", cuenta el piloñés.

Por eso, a la hora de decidir qué hacer con su "Ícaro" su decisión estuvo clara. "Ribadesella es un lugar turístico que además tiene un significado especial para mí. Yo veraneaba en Colunga pero me escapaba con los amigos a Ribadesella, así que para mí es la libertad", explica Díaz. De hecho, tal es su vinculación con la villa riosellana que, como él mismo cuenta, su primera noche de bodas acudió a Ribadesella.

En cuanto al lugar, confiesa que desde el Ayuntamiento se le ofrecieron varios lugares en los que su creación pudiera ser la protagonista pero eligió la rotonda del barrio de La Cuesta, además de por su proximidad al cementerio, porque "se ve contra el paisaje, no está rodeada de edificios", una superposición que resalta aún más la figura de la imponente y llamativa escultura.

Este "Ícaro" es un gran orgullo para el escultor. No en vano, la ha realizado dos veces: primero creó un modelo pequeño de la escultura y al ver sus formas y posibilidades decidió crear otra de dos metros de alto. Ahora, este gran guardián es el que recibe a los que entran al barrio riosellano. Un barrio que, según explica Díaz, ha reaccionado positivamente hacia su nuevo inquilino.

En el acto también estuvieron presentes la alcaldesa riosellana, Charo Fernández Román, el teniente de alcalde, Pablo García, y el edil Enrique Gancedo. La regidora quiso agradecer al escultor el haber decidido donar esta obra a Ribadesella y le instó a seguir creando porque "en la villa hay muchos más sitios donde se pueden colocar nuevas esculturas". Además, Fernández Román espera que Díaz acuda aún con más frecuencia a Ribadesella si cabe porque ahora "deja aquí un hijo al que hay que visitar".