La recuperación de los conceyos públicos (ese fantástico ejemplo de democracia directa que heredamos de nuestros mayores) es indispensable. Lo es en aquellos municipios, como Llanes, donde existieron durante siglos, hasta que algunos politicastros concluyeron que eran demasiado peligrosos porque la gente debatía y votaba libremente y los eliminaron (ni Franco se atrevió a llegar tan lejos). Y también deberían implantarse en los demás municipios, porque han de ser los vecinos los que decidan sobre su futuro y el de sus pueblos, con un único límite: el que establezca el ordenamiento jurídico. Pero resulta necesario recuperar también otra tradición, la sextaferia o trabayu a comuña, que se practica ya en muy pocos pueblos y que, a la vista de las apreturas que viven los ayuntamientos, ayudaría mucho a mejorar la imagen de esta comarca. Y nadie olvide que esta comarca vive, principalmente, de la imagen.
