L. S. NAVEROS

La pugna entre la empresa Gas y Energía del Nalón (Gensa) y el Ayuntamiento de Oviedo por la construcción de una central de ciclo combinado en la vega de Godos, junto a la localidad de Trubia, parece haber entrado en una nueva fase. Desde el Ayuntamiento se da por seguro que el proyecto, que ha generado una fuerte oposición vecinal, no se va a ejecutar. Fuentes municipales aseguran que la postura del Consistorio ha dado sus frutos, y que la empresa ha decidido aparcar la propuesta. Representantes de Gensa admiten, por su parte, que se están «replanteando» el proyecto.

«La negativa rotunda del Ayuntamiento a admitir la construcción de una central eléctrica de ciclo combinado en Trubia ha dado sus frutos. La empresa ha asumido que este proyecto no es urbanísticamente viable, y ha renunciado a él», aseguran fuentes municipales.

Jorge Álvarez, abogado del despacho de Ramón Hermosilla-Gutiérrez de la Roza, que representa a la empresa, matiza estas afirmaciones: «Se está replanteando el proyecto por dos razones fundamentales. Primero, porque hay que analizar con detenimiento todas las alegaciones y los informes administrativos que se presentaron durante el período de información pública del proyecto. Segundo, porque la demanda de electricidad ha bajado de forma significativa. Por esos motivos, nos estamos replanteando el proyecto, pero en ningún caso se puede hablar de renuncia, porque de eso podrían seguirse para la empresa unas consecuencias y perjuicios de difícil estimación».

Uno de los informes que ha tenido peso en la reflexión abierta en Gensa sobre la viabilidad económica y material del ciclo combinado de Trubia es el emitido por el servicio de Urbanismo del Ayuntamiento, que dejó claro que la calificación urbanística de los terrenos no admitía, con las normas del Plan General en la mano, la construcción de una central energética en los terrenos de la vega de Godos. La empresa había intentado burlar la frontal oposición municipal al proyecto buscando una declaración de Utilidad Pública por parte de la Administración estatal. El jefe del servicio de Urbanismo del Ayuntamiento, Ricardo Caballero, argumentó en su informe que una declaración de utilidad pública sólo afectaría al proyecto a efectos de facilitar las expropiaciones del suelo, pero no tendría ningún efecto respecto a la calificación urbanística. En cualquier caso, la empresa debería elaborar y tramitar un plan especial sobre la ordenación de los terrenos, lo que dejaría la última palabra en manos del Ayuntamiento, ya que la parcela sobre la que se pretendía construir la central de ciclo combinado está calificada como suelo no urbanizable de especial protección, incompatible con el proyecto energético.

El otro argumento que esgrime la empresa se enmarca dentro de la ralentización general de las inversiones eléctricas previstas en Asturias, donde están anunciadas numerosas inversiones vinculadas al uso del gas natural, que están experimentando demoras o no acaban de concretarse. Es el caso de la central de ciclo combinado (gas) de La Pereda, en Mieres, un proyecto impulsado por Endesa en colaboración con Hunosa, plan que ha sido aplazado tras la entrada de la italiana Enel en la eléctrica, y el consiguiente recorte de inversiones. Otra central aplazada es la que prevé construir la eléctrica irlandesa ESB en Corvera, que acumula retrasos que la empresa achaca a la tramitación administrativa.

El representante legal de Gensa, Jorge Álvarez, añade que «cualquier replanteamiento que haga la empresa del proyecto siempre estará dirigido a llevar a buen término una inversión importante en el municipio de Oviedo, en términos de empleo y de creación de riqueza, que es lo único que la empresa ha perseguido desde el principio». Es decir, que Gensa no renuncia a impulsar, si no éste, otro proyecto en las inmediaciones de la localidad ovetense.

Pese a las sucesivas negativas municipales, hasta ahora la empresa Gensa había continuado tramitando el proyecto de construcción de la central ante otras instancias administrativas.

Los inicios

En 2005 se planteó la recalificación de la vega de Godos, junto a Trubia, para permitir la construcción de la térmica de gas planeada por Gensa. El proyecto generó un fuerte rechazo vecinal en la zona, y el alcalde, Gabino de Lorenzo, decidió rechazar el proyecto.

Rechazos

El proyecto, que cambió ligeramente su ubicación para aproximarse más a los terrenos de Química del Nalón, suscitó el rechazo de todos los grupos políticos del Ayuntamiento, además de asociaciones vecinales del entorno y de organizaciones ecologistas.

Utilidad pública

La empresa intentó burlar el rechazo municipal a través de una declaración de utilidad pública.

Giro al proyecto

Ahora, Gensa pretende dar un giro a su proyecto de inversión en Trubia, ante los cambios en el mercado energético y la oposición municipal.