La sumisión de la familia Blanco ante Jesús Villabrille y Cristian Mesa comenzó por el dinero. A la vista de los movimientos de cuentas, todo el dinero que entraba en la casa servía para sufragar los caprichos de los jóvenes que mantenían prácticamente secuestrada a la familia Blanco. A base de tarjetas de débito y de crédito, la lista de compras es larga pero monótona. Casi todos los gastos son de consolas y videojuegos. La familia Blanco llegó a comprar a sus maltratadores un ordenador y unas diez consolas.

Sólo en un día gastaron 946 euros en videojuegos. Otro, 1.384, otro 1.527, otro 1.287... Y en una tarde se dejaron 524 euros en tres pares de playeros.

En otra ocasión cargaron a la tarjeta una motocicleta valorada en 1.850 euros. En total, según ha desvelado la investigación, el gasto rozó los 30.000 euros. Éste podría haber seguido creciendo si no llega a ser porque se les denegó un crédito de 30.000 euros.