Es difícil tratar de resumir la personalidad musical de un tipo que lo mismo se alimenta de Julio Iglesias, y acepta las comparaciones, que se caga en el indie formando parte él del cotarro. Hablo de Luis Brea, que parece la penúltima ocurrencia de la inefable escena musical nacional pero que quizá merezca una segunda oportunidad.

La posibilidad de dársela llega esta misma noche, 23.30 horas, en el Nunca Jamás. Allí de este tipo de Madrid, de Alcorcón, por ir al detalle, se espera que cante y haga corear al público cosas como «Dicen por ahí», en el canon que más le aproximó a una revisión del género cantante solista desde lo alternativo. O «Bastante punk». Las dos composiciones aparecieron en su Ep de debut «De lo dicho, nada». Ahora llega con nuevas canciones contenidas en «Hipotenusa», largo que edita Marxophone. Que el sello-colectivo montado por Nacho Vegas, Refree y Fernando Alfaro se haya parado en sus canciones dice mucho de las posibilidades del tipo. Viene a ser como una especie de sello de calidad, si es que todavía se puede hablar de eso en la música popular contemporánea, que es de lo que estamos hablando.

Para el caso de que Luis Brea y su propuesta de cantante solista reconstruido no guste, siempre les quedará a los presentes Pablo und Destruktion, asturiano reemigrado, activista del vídeo-guerrilla y reinventor del folk a su peculiarísima manera. Pablo G. Díaz, nombre en el DNI, tiene además una intensa actividad con sellos, grabaciones e impulsando proyectos de otros, como esa maravilla de Fee Reega con la que a veces se presenta en los escenarios. Será algo completamente diferente, intenso e irrepetible. Creo.