Uno de los dos jóvenes fugados el pasado jueves del reformatorio de Sograndio ya está de vuelta en el centro después de que agentes de la Policía Nacional lo detuvieran ayer en Gijón y lo enviaran de regreso a su lugar de internamiento previo paso por la Fiscalía. La fuerzas de seguridad, que localizaron al huido hacia el mediodía, continúan ahora la búsqueda del segundo de los fugitivos, según informan fuentes cercanas a la investigación.

Ambos han cumplido ya la mayoría de edad, pero se encuentran cumpliendo medidas de internamiento en Sograndio por delitos de lesiones y robo con fuerza cometidos cuando todavía eran menores. "Los recibirán como héroes", se quejaba en estas páginas un empleado del reformatorio, que recogía el lamento común entre los trabajadores de que son precisamente los internos que superan los 18 años los que más problemas dan y complican la convivencia en Sograndio.

Los dos jóvenes protagonizaron una fuga de película a plena luz del día el pasado jueves por la tarde. Hacia las seis de la tarde, aprovecharon una salida al patio para hacer deporte para poner en marcha el plan que habían diseñado cuidadosamente. Un tiempo antes, habían entrelazado varias sábanas en el interior de una de las habitaciones y las habían atado a la reja de seguridad. A su vez, ligaron varios cordones de zapatos a la ropa de cama y los descolgaron por la pared para no levantar sospechas con las sábanas a la vista. Una vez en el patio, solo tuvieron que tirar de los cordones para desplegar las sábanas por la pared. Treparon por ellas hasta la ventana y fueron saltando de una a otra hasta alcanzar los límites del muro de seis metros que les separaba de la libertad. Un tercer interno quiso aprovechar la infraestructura para improvisar su propia evasión, pero fue retenido por uno de los vigilantes, que resultó recibió varias patadas por parte del fugitivo frustrado.

Uno de los dos que lograron huir cumple medidas de internamiento en Sograndio por un sonado apuñalamiento en Llanes en 2013. Ya había escapado del reformatorio el lunes pasado, aunque fue detenido posteriormente. Su segundo intento, el del pasado jueves, tuvo más éxito. No ha trascendido si fue éste quien resultó detenido ayer.

La fuga de los dos jóvenes desató las críticas de trabajadores del centro y también del colectivos de vigilantes de seguridad por las deficiencias en esta materia en el reformatorio, que cuenta en este momento con 35 internos. El Gobierno del Principado, del que depende el centro, abrió una investigación para esclarecer los hechos a través de la Dirección General de Justicia.