La médica ovetense Toñi García-Cosío Mir, hija del primer director del Instituto Nacional de Silicosis, José García-Cosío, falleció ayer en Oviedo después de arrastrar durante años una grave enfermedad. Quienes la trataron la recordaban ayer por su "gran capacidad de superación". Tras criar a sus tres hijos, fruto de su matrimonio con el ingeniero de Minas Vicente de la Pedraja Cañas, decidió estudiar Medicina. Lo hizo año por año, sin fallar y con buenas notas, como en los viejos tiempos cuando logró un premio extraordinario de COU.

Una vez acabada la carrera, se implicó en varios proyectos de Neumología en el Instituto Nacional de Silicosis. También fue médico de guardia en numerosas localidades de Asturias, como Grado o Candamo. "Algunos vecinos esperaban al fin de semana para que estuviera ella, se preocupaba mucho, mandaba que los ingresasen, y durante la semana iba a visitar a los niños al hospital. Dejó muy buen recuerdo", relata su familia. "Ejerció la medicina con intensidad", cuentan.

Los diez años de enfermedad los pasó luchando, sin preocupar a la familia ni a sus amigos. Siempre con una sonrisa. Cuando supo que llegaba el final, ella misma llamó a la ambulancia para que la fuese a recoger. "Tenía una gran capacidad de organización, hasta para su muerte...". Toñi García-Cosío tenía tres hijos, Cristina, Carlos y Pablo de la Pedraja, y siete nietos. Fue reina de las fiestas de Oviedo en 1967.