Rubén Rodríguez, el coordinador del Centro de Música Pedro Bastarrica, lo describe como "un lugar donde ensayar y donde recibir clases, todo aglutinado y en condiciones".

Los locales de ensayo disponen de amplificador de bajo, de guitarra, batería acústica, juego de voces, micro y pie de micro; el resto corre a cargo de los usuarios. Hay seis salas de ensayo, con una superficie de alrededor de veinte metros cuadrados. La que hace unos días utilizó Iggy Pop es una de las más espaciosas. Por disponer de ella durante dieciséis horas al mes, distribuidas en dos horas dos días a la semana, hay que pagar 8,66 euros, una cifra que no varía sean cuantos sean sus ocupantes.

El Pedro Bastarrica dispone también de un estudio de grabación, solo para maquetas y sin fines comerciales. Micrófonos, mesa de mezclas y un técnico de sonido, Pepe Albella, están a disposición de los músicos que lo reserven y que por una cesión de cinco horas diarias durante una semana, de lunes a viernes, deben desembolsar 43,28 euros.

Los que quieren aprenden a tocar un instrumento también pueden hacerlo en el Centro municipal de Música Joven. Hay cursos de formación musical, de iniciación y perfeccionamiento, en seis instrumentos: bajo, batería, guitarra eléctrica, teclados y saxofón. Los alumnos reciben dos clases semanales de hora y media, en grupos de un máximo de seis personas, por 25, 98 euros de matrícula y mensualidad, desde octubre hasta mayo. A día de hoy aún hay plazas disponibles para el curso que va a empezar

El profesor Jorge Cambareli, vinculado al centro desde el año 2000, y en ese tiempo ha advertido algunos cambios. "De unos años aquí hay más chicas en el mundo del rock, y son muy estudiosas", constata. Entre sus alumnos hay un padre y su hija, que asisten juntos a clase, y cuenta que hay veteranos que lo acompañan desde hace siete u ocho años.

Las únicas condiciones para utilizar las instalaciones de San Lázaro es estar empadronado en Oviedo y ser mayor de dieciséis años. Para los grupos que utilizan las salas de ensayo basta con que la mitad de los componentes resida en el municipio y en el caso de los cursos tienen preferencia los menores de treinta años, aunque hay alumnos que los superan muy ampliamente.

La programación del Pedro Bastarrica se ha resentido por las restricciones presupuestarias de los últimos tiempos pero mantiene su oferta básica, según su coordinador, y cada año acaban por ensayar en él cerca de ochenta grupos ovetenses.