"¡Quién dijo miedo a la lluvia!", gritó Lucas Dorado al iniciarse el desfile en la losa de la Renfe. Con la fanfarria "El Felechu", de Corvera, arrancó el pasacalles del Carnaval ovetense. Después de veinte años, son toda una institución del Antroxu.

Un espíritu tan animoso y festivo como el de Lucas Dorado fue el que lucieron ayer las miles de personas que desafiaron la climatología y que incluso cuando más llovía se mantuvieron al pie del cañón en la plaza de la Catedral, donde terminó el desfile carnavalesco y donde el jurado otorgó sus premios.

Todos coincidían en lo mismo. "Mereció la pena apostar por mantener el Carnaval", frente a la opción de suspenderlo. Así lo certificaron los 1.600 participantes, la mitad de ellos de 23 centros sociales de Oviedo, que patearon las calles mojadas de la ciudad al ritmo de las charangas.

¿El nivel de los disfraces? Cada año mejores, según el jurado, que otorgó el primer premio individual a "El Hobbit", que trajo desde Lugo Fernando Rodríguez. El segundo fue para "Maléfica", de la morciniega Laura Sánchez, y el tercero, para "El descenso pasa por Oviedo", del gijonés Francisco Rodríguez. Los centros sociales se salieron. Ganó La Manjoya, seguido de Otero y Ventanielles.

Por parejas, los dos premios se los llevaron "Asteria y Álex, misión catapulta" y "Toro Sentado y Pluma Dorada". En el concurso de grupos, "Carrusel de feria", con cincuenta participantes, fue el ganador, seguido de "Star Wars" y de "Grease", con 65 bailarinas.

Y para finalizar se pudo celebrar también el Entierro de la Sardina, en la plaza Porlier, donde no había consuelo para el grupo de plañideras ante doña "Sardinia Lúdicus Fornistana", que el fuego convirtió en cenizas en poco tiempo. El único espectáculo que se suspendió, debido a las inclemencias meteorológicas, fue el que estaba proyectado escenificar en la plaza de la Catedral, por la noche a base de material pirotécnico.

Gente a la contra

También hubo gente a la contra en el Carnaval. Una veintena de manifestantes a favor de los "Los Titiriteros" de Madrid intentó sumarse al desfile para reivindicar la libertad de expresión. Se "colaron" a la altura de la calle Independencia, con pancartas con rótulos como "Gora mi bragu-eta" y "Gora mi col-eta". La Policía Local les cortó el paso y siguieron el recorrido contenidos por las fuerzas de seguridad. Los manifestantes fueron increpados por algunas personas que seguían el pasacalles y también se vivieron momentos de tensión ante su empeño en integrarse en el desfile. El cuerpo Local llegó a pedir refuerzos a la Policía Nacional, aunque no fue necesaria su intervención. Cuando el desfile recaló en la Catedral, los "titiriteros" se perdieron entre la gente. La CNT y otras organizaciones habían convocado un pasacalles en la losa de Renfe para sumarse al desfile de Carnaval y exigir la retirada de cargos a "los compañeros de títeres".