El dispositivo policial para controlar el "botellón" en Oviedo durante el pasado fin de semana, impulsado hace días por el tripartito (Somos, PSOE e IU), se saldó con un total de 15 intervenciones, diez de ellas realizadas contra menores de edad que fueron descubiertos bebiendo en las calles del centro de la ciudad.

La Policía identificó a estos diez chavales y actuó de distinta manera en función de las circunstancias que presentaba cada uno. Tres de ellos, "los que estaban en peores condiciones", fueron trasladados directamente al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA); uno fue llevado a su casa y con los otros seis se optó por llamar a sus padres para que fueran a recogerlos al lugar donde estaban.

La decisión de avisar a los progenitores para que se presentaran en el sitio donde los menores estaban consumiendo alcohol tenía una intención: que los padres vieran personalmente las botellas que estaban consumiendo sus hijos. Había botellas de vodka y de ginebra. Los agentes se las mostraron en presencia de los menores. "Creemos que en la lucha contra el 'botellón' debe haber también una actuación educativa", explicó ayer el socialista Ricardo Fernández, concejal de Seguridad Ciudadana. "El resultado del dispositivo puesto en marcha durante este fin de semana es bueno, pero el 'botellón' es un problema que se ha generado en un periodo largo de tiempo y para resolverlo hace falta mucho tiempo también", agregó el edil del PSOE, que confirmó que en los cinco casos de adultos que se les identificó por beber en la calle se les abrió un expediente sancionador.

Durante el fin de semana, la Policía también puso tres multas por orinar en la calle (100 euros cada una de ellas) y detectó ocho casos de conductores que dieron positivo en los controles de alcoholemia realizados en distintos puntos del municipio. Cuatro casos fueron tramitados como falta administrativa y otros cuatro fueron derivados al juzgado de instrucción por un delito contra la seguridad vial.

Expedientes a bares

Además, la Policía tuvo varias intervenciones en distintos bares por denuncias vecinales u otros incumplimientos. Una de las acciones fue en un establecimiento "de moda" situado en la calle Ramón y Cajal, muy cerca de la plaza de Porlier. Los agentes advirtieron al responsable del negocio que debe controlar las personas que, consumiendo allí, se juntan a la salida, delante del local, obstaculizando el tránsito de peatones por la acera. "No tiene terraza y quiere conseguirla por las bravas", explican fuentes municipales, que aseguran que ya se le han dado varios avisos al dueño y, por tanto, no se descartan tomar medidas drásticas si no se corrige y proceder al cierre del local.

Otra de las acciones tuvo lugar en un local en la calle Vázquez de Mella por seguir abierto fuera de la hora permitida.