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LEONARDO PRADO VEGA | Presidente de la Asociación de Libreros de Oviedo

"El uso del libro digital está remitiendo, mucha gente está volviendo al papel"

"La piratería ha hecho mucho daño, muchos autores dejaron de escribir porque no pueden vivir de ello"

Leonardo Prado, ayer, en su librería. LUISMA MURIAS

Digiriendo todavía la resaca del primer Libroviedo que le ha tocado organizar, tras asumir el pasado mes de febrero la presidencia de la Asociación de Libreros de Oviedo, Leonardo Prado Vega llega a la librería-café Santa Teresa, que regenta desde hace tres años junto a un socio, con cara de satisfacción. "Estamos muy contentos con el resultado final. Han aumentado tanto el número de visitantes como las ventas. Para ser la primera vez que lo hacemos, y siendo novatos, es para estar satisfecho", dice. Argentino de padres asturianos, llegó a Oviedo hace 27 años y en menos de un año empezó a trabajar en la antigua librería Santa Teresa. "La fundó la familia de mi socio en 1928. Hace tres años decidimos trasladarnos y darle una vuelta al concepto, y se convirtió en lo que es hoy, una librería-café".

-Su primer feria del libro de Oviedo. ¿Cómo cambia la perspectiva estando dentro?

-Ves todo el trabajo que hay detrás, que es muchísimo. Pero Libroviedo cerró el domingo sus puertas y ya estamos pensando en la siguiente edición, la número 24 de su historia. Desde fuera parece sencillo, pero hay que contactar con los autores, cuadrar cientos de agendas, horarios, vuelos, hoteles, programar actividades y evolucionar, porque si no la gente se cansa.

-¿Qué ha sido lo mejor de esta edición?

-El protagonista principal de la feria es el escritor. Por eso, tener a Santiago Posteguillo, que presentó su novela y nos dio una clase magistral de historia, dejó a la gente encantada. También Elsa Punset, que tuvo una cola inmensa en la firma y contestó a todos los consejos que le pedía la gente. O contar con la presencia de Blue Jeans, que hizo que muchos jóvenes se pusieran a la cola para su firma dos horas antes de que abriéramos. Hemos tenido un cartel excelente de autores, pero también conciertos, talleres, una cata de vinos manchegos con degustación de tapas cervantinas, una idea que encantó a la gente; teatro, la iniciativa de los selfies... todo ha sido bueno.

-Los números lo confirman.

-Sí, tuvimos 67.000 visitantes, 2.000 más que el año pasado, y las ventas también aumentaron, así que es muy positivo.

-¿Es una cita asentada?

-Totalmente. En el panorama nacional es más que conocida y reconocida. En estas 23 ediciones ha pasado gente de primera línea. Los autores quieren venir. Y para Oviedo es algo imprescindible.

-Está recién aterrizado en la presidencia de los libreros. ¿Cuáles son sus retos?

-Tener ilusión por hacer las cosas, escuchar a todo el mundo e ir evolucionando. Cada día es más complicado vender libros y tenemos que hacer un producto apetecible. Tenemos muchos proyectos sobre la mesa.

-¿Oviedo es una ciudad de libros?

-Siempre fue una ciudad culta y lectora, pero ahora, además del problema de la crisis coyuntural, está la crisis propia del sector. El libro está muy afectado por la piratería. No existe respeto por los derechos de autor ni la propiedad intelectual. Todo eso está haciendo mucho daño. Muchos autores dejaron de escribir porque ya no pueden vivir de ello. Tenemos que tener claro que la creación hay que pagarla, aunque sea un "poquitín".

-¿Cómo van las ventas?

-Comparado con hace seis o siete años, el descenso es brutal. Coincidió con el punto más álgido de la crisis y se hizo más evidente el tema de la piratería. Pero ahora las ventas en las librerías están estables. Según los datos que llegan de Estados Unidos, el libro digital está remitiendo, mucha gente está volviendo al papel. El amante de la literatura siempre siguió con él porque quiere algo bonito y diferente, y lo demanda. Cada vez más las editoriales están haciendo ediciones más cuidadas y de calidad, para llegar a más gente.

-¿Están en peligro de extinción las pequeñas librerías?

-Tenemos nuestro modelo de negocio, basado en la atención personalizada frente al impersonal de las cadenas. Eso te permite conocer al cliente, poder recomendarle. Entrar en una librería es como saltar al océano y que cada libro sea una gota. Si alguien te facilita la búsqueda, mejor.

-¿Qué apuntes se lleva para el próximo año?

-Hacer actividades diferentes, más maridajes entre literatura y otras artes, y seguir con un programa para todos los públicos, con una atención especial a los niños. Son los lectores del futuro y hay que cuidarlos.

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