Habrá mucha Filosofía después de Gustavo Bueno Martínez, fallecido el pasado 7 de julio, y será merced a sus dos grandes legados: decenas de discípulos y el Materialismo Filosófico, un potente sistema de pensamiento para el análisis de la realidad. El filósofo Gustavo Bueno, de origen riojano y afincado en Asturias desde 1960, recibió ayer un homenaje en el seno de la Fundación que lleva su nombre y al dar inicio la VII edición de la Escuela de Filosofía de Oviedo.

Gustavo Bueno Sánchez, hijo del homenajeado y presidente de la Fundación, dio paso a seis intervinientes que glosaron diversos aspectos del filósofo y también hicieron mención a otras dos personas fallecidas este pasado verano: Carmen Sánchez Revilla, esposa de Bueno, que murió 48 horas antes de su marido, e Ignacio Gracia Noriega, escritor, articulista de LA NUEVA ESPAÑA, miembro del consejo asesor de la Fundación y discípulo de Bueno. Gracia Noriega falleció justo dos meses después de Bueno, el siete de septiembre.

La primera interviniente, Carmen Baños, catedrática de instituto y miembro del consejo asesor de la Fundación, lamentó que "por primera vez no esté ahí, sentado en la primera fila, escuchando y tomando notas". Baños evocó "su presencia entrañable, cordial, condescendiente, interesándose por nuestros trabajos, y siempre lúcido, con una chispa genial y perspicacia e ironía". La catedrática ensalzó asimismo las "tres virtudes de Bueno: la fortaleza, la firmeza y la generosidad", y auguró que el Materialismo Filosófico es "una empresa con futuro".

En segundo lugar, José Manuel Vaquero, periodista, consejero de Prensa Ibérica y anterior consejero delegado del mismo grupo, al que pertenece LA NUEVA ESPAÑA, de la que también fue director, evocó que "la puerta de Gustavo Bueno siempre estuvo abierta y el trato con él era iluminador, pues lo abarcaba todo y nada le era ajeno, pero siempre utilizando datos y argumentos".

En este punto, Vaquero se preguntó, por analogía: "¿Y qué otra cosa ha de ser un periodista, sino alguien certero con los hechos y su contexto y que propone opiniones argumentadas y no meras ocurrencias?".

El periodista confesó que en muchas ocasiones le había planteado cuestiones y que siempre recibió de Bueno "respuestas estimulantes, fuera de los lugares comunes y triturando los tópicos". Por ejemplo, le preguntó en ocasiones por "el efecto de las noticias, por qué nos pasa lo que nos pasa y adónde nos conduce". Y así como de su trato mutuo salieron dos libros editados por Prensa Ibérica -"España frente a Europa" y "El mito de la cultura"-, Vaquero lamentó que Bueno partiese sin dejar "un libro sobre internet, las redes sociales, la minoría informada y la mayoría desorientada, o sobre este tiempo de confusión que vive el periodismo". Por su parte, Marcelino Suárez Ardura, profesor de instituto y colaborador de la Escuela de Filosofía de Oviedo, se centró en "los aspectos éticos de Bueno", es decir, las tres mencionadas virtudes de fortaleza, firmeza y generosidad. Así, Suárez Ardura relató cómo Bueno "permaneció al lado del lecho de su madre hasta que ella falleció" y cómo "hacia las siete de la tarde nos decía: 'Me tengo que ir a mis deberes', y ese deber era estar con su esposa, doña Carmen", aquejada de una dolencia parcialmente invalidante desde hacía años.

José María Fernández, abogado y secretario del consejo asesor de la Fundación, sentenció que Bueno deja "una plataforma muy potente con decenas de discípulos que le han admirado y que se han visto en ocasiones deslumbrados por su pensamiento". Ello garantiza "una continuidad que no se da en otros pensadores". Junto a ello, el Materialismo Filosófico "es un instrumento muy potente de análisis de la realidad.

Javier Neira, periodista y columnista de LA NUEVA ESPAÑA, así como miembro del citado consejo asesor, ha sido "quien más veces entrevistó a Bueno", manifestó su hijo al presentar a este quinto interviniente. Neira confesó su "sensación de orfandad absoluta y sin posible consuelo". El periodista también reveló que al escribir su columna diaria, "al comienzo, al final, o en medio, muchas veces me he preguntado qué pensaría don Gustavo Bueno sobre esto que estoy escribiendo". En definitiva, para Neira, Bueno ha sido "guía y consuelo".

El último participante fue Juan Antonio García, responsable del Instituto Oviedo en León, estado de Guanajuato (México). Dicho instituto ha comenzado a impartir la carrera de Filosofía con la colaboración de la Fundación Gustavo Bueno. "Buscamos los mejores docentes y aspiramos a ser en la próxima década un referente de la Filosofía en Hispanoamérica", manifestó.

Gustavo Bueno Sánchez, que se emocionó en varios momentos, cerró el acto hablando también del futuro, "Frente al escepticismo, la incredulidad o el desánimo, se sitúa el Materialismo Filosófico, que no se casa con nadie". Bueno Sánchez también describió la Escuela de Filosofía de Oviedo como "un grupo articulado de personas sin intereses mercenarios o personales". Y así, con el Materialismo Filosófico como guía, "hay que dar batalla al pensamiento degenerado o a los majaderos pensadores del mito de la felicidad, del mito de la cultura, del mito de la izquierda o del fundamentalismo científico".