Fuera bodas, bienvenidos impuestos. Esta es la fórmula que el tripartito local (Somos, PSOE e IU) ha encontrado para solucionar el problema de intendencia que suponía dar a contrarreloj con un local adecuado para reubicar el servicio de recaudación de impuestos, una vez que su control -ahora responsabilidad de una empresa privada- sea devuelto a manos públicas. De esta forma, el gobierno local tiene el firme propósito de ubicar las oficinas de Recaudación en el salón de recepciones situado en la calle Cimadevilla, y que hasta ahora se usaba para las bodas civiles presididas por el Alcalde y el resto de ediles de la Corporación.
¿Y donde se celebrarían los enlaces civiles? La solución municipal es dar un paso atrás en el tiempo y devolver las bodas al lugar más noble del edificio consistorial: el salón de plenos. Los responsables municipales solo han encontrado argumentos positivos para optar por reconvertir el salón de recepciones en la nueva oficina de Recaudación. Por un lado, la adecuación del espacio no obligaría a ejecutar una gran obra, ya que se trata de un local diáfano que solo sería necesario equipar con mobiliario y equipos informáticos. Por otro, a diferencia de otros espacios municipales, se trata de un lugar accesible al encontrarse en una planta baja, lo que facilitaría el tránsito de personas con problemas de movilidad. Además, cuenta con metros cuadrados de sobra para ubicar al grueso de la plantilla del nuevo servicio de Recaudación municipal, fundamentalmente a aquellos empellados que trabajan cara al público. Los técnicos municipales han calculado que en el salón de recepciones entrarían 21 de los 29 trabajadores con los que contará el servicio. El resto (8) serían ubicados en otras oficinas municipales. El espacio también cumple con una de las exigencias que se impuso el tripartito: que el servicio estuviera cerca -en los pliegos iniciales para buscar local se exigía que éste no estuviera a más de 300 metros de la plaza del Ayuntamiento- del edificio del Consistorio. Además, al ser un espacio de propiedad municipal, no haría falta poner en marcha trámites burocráticos para la adjudicación del local ni pagar renta alguna. De esta forma, se descartaría el local que el propio alcalde, Wenceslao López, encontró por internet en el número 3 de Matemático Pedrayes.
Lo que queda ahora por delante es conocer si realmente el tripartito podrá tener listo el local, el personal y el programa informático necesario para la gestión de los tributos para el próximo 1 de enero. Ya hay voces en el seno del gobierno local que ven complicado llegar a tiempo para remunicipalizar el servicio de cara al próximo ejercicio. Para empezar, las oposiciones para cubrir las 29 plazas de interinos están arrancando. Hoy se celebrará el cuarto examen teórico, el destinado a las 839 personas que optan a 13 plazas de auxiliares administrativos después de que estos días se hayan celebrado las de otras categorías. Pero el mayor dolor de cabeza para el tripartito es la demanda que trabajadores de La Auxiliar -actual concesionaria del servicio de recaudación de impuestos y tasas municipales- han interpuesto en la vía de lo contencioso-administrativo contra el proceso de selección de personal. El juez ha citado a las partes para una vista que se celebrará el próximo mes de febrero.
Al mismo tiempo, el grupo municipal de Ciudadanos ha presentado una moción ante la comisión de Economía e Interior que se celebrará hoy. En ella, la formación naranja que lidera Luis Pacho solicita que el Ayuntamiento prorrogue un año más el contrato con La Auxiliar de Recaudación, el último que permite los pliegos de condiciones.
