Cuando los responsables del colectivo Tribuna Ciudadana llamaron al escritor Sergio del Molino para invitarle a inaugurar el ciclo de conferencias "El otoño del Tigre" le dijeron que tenía que ponerle un título a la charla que ofreció ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Él creía que como iba a hablar de su último libro, de "La España vacía", no le iba a hacer falta, pero se lo pensó un momento y decidió sobre la marcha: "Lo último que quiere ser un escritor español es ser un escritor español", la tituló. Y lo justificó durante su intervención. "A mí no me sucede, pero es un mantra que mi generación ha mamado. Mientras que aquí leemos más literatura traducida de otros idiomas, en otros países se traducen muy pocos libros españoles", asegura.

Según sostiene Sergio del Molino, "se ha despreciado mucho la tradición literaria española". Así, "los propios escritores nos hemos educado leyendo a los de fuera, mejor dicho las traducciones de los de fuera". Para Sergio del Molino, la literatura española "ha sido durante un tiempo tachada de cursi, de facha, de pasada de moda y de garbancera", pero para él "Torrente Ballester o Delibes son más modernos que muchos autores contemporáneos".

Después de explicar el por qué del título de su conferencia -que forma parte se las actividades paralelas a la entrega del premio "Tigre Juan"- el escritor estableció un dialogo con tres de los miembros del jurado del galardón literario que él mismo ganó en su día tras la publicación de su libro "La hora violeta" (2013). La base de la conversación fue "La España vacía", un ensayo sobre las raíces del desequilibrio entre el campo y la ciudad y sobre cómo afectan a la España de hoy. En este trabajo, el escritor realiza un exhaustivo análisis sobre el éxodo rural y desmonta ciertos mitos urbanitas sobre la gente que vive en los pueblos. En solo veinte años, entre 1950 y 1970, el campo español se vació. Las consecuencias de este éxodo marcan el carácter de la España de hoy. Hay dos Españas: una urbana y europea y otra interior y despoblada. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil.

A lo largo del acto de ayer, los miembros del jurado del premio "Tigre Juan" consiguieron ahondar en algunos de los rasgos más representativos del autor. "¿Por qué escribe usted en primera persona?", le preguntaron. "Entre otras cosas porque así el lector se olvida de que está leyendo un libro, para que pierda la noción de que está leyendo y se considere como dentro de una conversación", explicó. Además, "se trata de una primera persona un poco mentirosa, la uso para ocultarme y llevar al lector a otros sitios que yo quiero". Según sostiene, "todo eso debe tener algo que ver con mi trayectoria periodística". Sergio del Molino, que colabora de forma habitual con varios medios, mantiene que la literatura "es ineficaz para crear un ambiente de agitación política porque para eso uso el periodismo". Para él, "la literatura sirve para alterar las conciencias íntimas".

La próxima cita del ciclo "El otoño del Tigre" -que se va a desarrollar íntegro en el Club Prensa Asturiana- tendrá lugar mañana a partir de las ocho de la tarde y el protagonista será Marcos Ordónez, escritor, profesor y crítico teatral. Ordóñez ofrecerá una conferencia bajo el epígrafe "Teatro, periodismo y literatura" y también charlará con el jurado del "Tigre Juan".