"Estoy muy emocionado, perdonad las faltas, pero pensad que en pocas ocasiones me siento con tantos deseos de tocar ante un público que siento muy cercano". Así arrancó el concierto que ofreció el pianista cubano-español José Luis Fajardo en la capilla de los Dolores de Grado. Una cita muy especial, pues era la primera vez que tocaba en la villa moscona, donde se crió con sus tíos Emilio y Amparo en el barrio de La Ferrería. "Vaya mi pensamiento para mis tíos, me compraron un piano sin el cual difícilmente hubiera hecho carrera, fueron unos padres para mí y unos seres excepcionales", agregó.
El concierto estuvo organizado por la concejalía de Cultura y el grupo musical "Los Moscones", de los años sesenta del siglo XX, en el que Fajardo dio sus primeros pasos. En el recital también participó el pianista Florentino Fernández Martínez, con quien Fajardo comenzó a tocar cuando era un chico. Juntos interpretaron tres temas a cuatro manos. El recital concluyó con una sesión de la Coral de Grado.
Fajardo tocó piezas de Claude Debussy y Ernesto Lecuona, el compositor que más ha influido en su carrera profesional y del que está considerado el mejor intérprete en el mundo. Y la acústica fue perfecta. "En los ensayos me sentí asustado porque había mucha confusión en el sonido, pero ya me dijo Tino que iba a cambiar cuando llegara el público, y así fue, una acústica perfecta", recuerda el pianista, que fue homenajeado con un placa y un cuadro de Amado González Hevia "Favila", que representa la casa en la que se crió: "Jamás lo hubiese podido imaginar, fue muy emocionante ver la casa", manifestó.
Otro de los momentos más emocionantes para el pianista fue cuando se encontró con su querido amigo Manuel Antonio Rico, periodista y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. "Para mí es Manolín y el abrazo que nos dimos fue muy entrañable", detalló. También tuvo palabras de agradecimiento para el conjunto pop "Los Moscones": "Han sido muy cariñosos conmigo y les estoy realmente muy muy agradecido por todo lo que han hecho para que yo estuviera aquí".
Sin duda, lo que más sorprendió a Fajardo fue sentirse tan arropado por el público; "fueron unos aplausos sentidos y emocionados", precisó. El músico estuvo más que encantado con el desarrollo del concierto y así lo manifestó: " Creo que, si me dan cuerda, aún sigo tocando en la capilla de los Dolores". Grado espera que vuelva con su piano.
