"La Nochevieja ya se sabe: farturas, cánticos, bailoteo, 'intoxicaciones etílicas' y así sucesivamente. La Nochevieja es noche de folklore, noche en que la gente se echa a la calle con el ánimo conveniente mente dispuesto para la jarana. Todos los restaurantes, cafeterías y sociedades se pusieron de bote en bote, desde el teatro Campoamor -con el gran festival de la SOF- hasta la más humilde y remota taberna que el sábado cerró sus puertas, se adornó con unas colgaduras y reunió a su mesa a unas cuantas docenas de personas. En la Casa de Socorro, curiosamente, los que más trabajo dieron no fueron los borrachos, sino los contusionados por riñas o casualmente".