El jurado popular del juicio por el asesinato del pequeño Imran ha oído esta mañana la grabación de la llamada que el padrastro del niño, David F., hizo al 112 desde León para entregarse a la Policía. "Estoy en busca y captura y era para que vinieran a por mí". A lo que la operadora le pregunta dónde está. "En un parque del barrio de Las Ventas de León. En la puerta, al lado de un pasadizo de piedra", responde para añadir: "Me están buscando por la desaparición de un niño en Oviedo. No monten espectáculo, me monto en el coche y que me lleven".

El relato más desgarrador de la quinta sesión del juicio ha sido el de los forenses que examinaron el cuerpo del niño. Ambos concluyeron que Imran "llevaba muerto al menos tres días" cuando fue hallado dentro de una maleta junto a las vías del tren de La Argañosa y detallaron un rosario de lesiones externas e internas que presentaba. Aunque algunas no le provocaron la muerte y eran antiguas. Por ejemplo, tenía una grave quemadura en un muslo de una semana de antigüedad y la fractura de una costilla y del fémur derecho, que calculan se las produjeron "no menos de tres semanas antes" de asesinarle. Esas lesiones tuvieron que provocarle un profundo dolor y pérdida de movilidad. "No creo que caminara con esas lesiones", han declarado. Su fallecimiento se produjo por rotura del hígado, sangrados, lesión de un riñón y contusiones en el cráneo, cabeza, tronco y extremidades. El examen forense determinó que "se trató de una muerte violenta, de carácter homicida" en la que necesariamente tuvieron que zarandearle, arrastrarle y golpearle con fuerza contra la pared o el suelo". Además, según los forenses, cualquiera de los dos acusados pudo producirle esas lesiones.