Las obras para renovar el colector de la red de saneamiento que da servicio a Vallobín y a otros barrios de la zona oeste de la ciudad vivieron ayer su punto más álgido con el corte de la glorieta en la que confluyen los tráficos de La Florida, las Campas y Ciudad Naranco -calles Marcelino Suárez, Alejandro Casona y Vázquez de Mella. Y lo hicieron con la preocupación de los comerciantes por la caída de las ventas y su exigencia de que las obras concluyan cuanto antes para que sus ingresos no sigan cayendo, el enfado de algunos vecinos por los cambios -en principio durarán un mes- en el tráfico, con cortes de agua y con la comprensión de muchos residentes conscientes de la necesidad de acometer la mejora del colector para evitar que en épocas de lluvia las alcantarillas se colapsen y la zona se convierta en una riada de aguas fecales.

Excavadoras y operarios llevan tres semanas trabajando. Una situación que, lamentan los comerciantes, "se nota mucho en la caja". "Las ventas han bajado muchísimo, está toda la calle parada", destacó Juan José Piñero, a las puertas de su carnicería. Con el desvío a las calles adyacentes del tráfico del tramo que va de la plaza Gabino Díaz Merchán a la rotonda de la calle Samuel Sánchez, dijo, la situación empeorará: "Si los coches no pasan, la gente no para a comprar". A pesar de los inconvenientes, Piñero destacó la importancia de la obra y pidió que "se termine lo antes posible".

Una postura compartida por Tina Suárez, que tiene una papelería frente a la transitada glorieta de Vallobín, que da servicio a 33.000 vecinos. "Aunque no haya sitio para parar hay clientes que ven algo que les gusta en el escaparate y luego vienen a buscarlo", resaltó. "Es una obra que hay que hacer y tendremos que cargar con ello, pero que acabe cuanto antes", dijo la comerciante, que también sufrirá algunas alteraciones en el reparto. Los camiones y furgonetas paran desde ayer en los alrededores y sus conductores tienen que cargar después la mercancía hasta los comercios. La obra del colector es un proyecto que los vecinos reclaman hace tiempo. Y es que en momentos de lluvia intensa, la red de saneamiento tiene problemas de canalización y expulsa al exterior aguas residuales. Por eso la mayoría de los vecinos defienden las obras a pesar de las molestias que están provocando, como el desvío del todo el tráfico que atraviesa la glorieta de Vallobín. Con el tráfico ya cortado, Manolo Otero y José Fernández se pararon a charlar frente a la rotonda, apuntando con las manos hacia los distintos puntos a los que se había enviado la circulación. "El colector hay que hacerlo y el tráfico se puede desviar sin problemas. Serán unos días incómodos, pero tenemos que pasarlos", resaltó el primero. "Todo lo sea hacer obras para mejorar es bueno y no puede estar la excavadora trabajando con los coches alrededor", añadió su compañero.

Victoriano Hernández, que vive en La Florida, estaba más molesto. "Me fastidia mucho porque paso por aquí con el coche todos los días", dijo al tiempo que confió en que la reordenación del paso de vehículos no implique atascos: "Supongo que la policía nos desviará por buen camino". Desde una de las cafeterías de la calle Marcelino Suárez, el vecino Javier González añadió al debate que "también los autobuses urbanos y escolares se verán afectados". "El corte va a tener un impacto importante", apuntó.

Pese a que el cierre del tráfico se desarrolló con normalidad, la jornada no estuvo libre de incidentes. Cuando los operarios se pusieron manos a la obra dañaron una tubería, lo que provocó cortes de agua en varios edificios a las cuatro de la tarde. El suministro se restableció una hora después.