El origen del veneno que acabó con la vida de una perrita el domingo en un patio del barrio de Teatinos sigue siendo una incógnita. El animal se intoxicó al ingerir "Babosil", un producto usado específicamente para acabar con caracoles y babosas que estaba distribuido entre la calle Roma y la calle Ámsterdam, en un patio abierto que sirve de paso al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El Ayuntamiento ha negado que sus operarios usen ese veneno en la ciudad, ni en zonas verdes, ni en ningún otro sitio al estar prohibido por normativa.

Así las cosas, los vecinos de la zona investigan por su cuenta de dónde procede el "Babosil" y se inclinan por un acto vandálico. La perra "Luna", un cruce de shi tzu y fox terrier de cuatro años, la ingirió cuando daba un paseo con su dueño, José Luis Rodríguez Collado, "Bucki".

"El animal se volvió loco y el veterinario dijo que había ingerido un producto contra caracoles y babosas". Aquella tarde de domingo el propietario de "Luna" llamó a un veterinario de urgencias de la calle Cervantes con la esperanza de que su mascota se pusiera bien. Sin embargo, la violencia con la que se abalanzó contra la pared y el color verde de su lengua le hicieron pensar de inmediato en veneno y temerse lo peor. Y acertó. Según el profesional que atendió al animal, la sustancia que colapsó a "Luna" fue "Babosil" (metaldehído), un producto que normalmente se presenta granulado y que suele distribuirse en terrenos con presencia de caracoles y babosas para evitar su propagación.