La coreografía se crea antes que la música y la melodía nace a partir de los movimientos, a la inversa del proceso convencional. Este concepto rompedor es obra del asturiano Yoshua Cienfuegos y es el punto de partida de una investigación sobre la danza contemporánea que tendrá su punto final el martes 15 de agosto en el Campoamor. Hasta entonces, los bailarines trabajan en la ciudad en la cuarta edición de las llamadas "estancias coreográficas" para exhibir en el teatro ovetense las conclusiones de su estudio basado en el ritmo.

"¿Cómo se utiliza la música en la composición?". Esta es una de las preguntas a las que trata de responder esta investigación que se está llevando a cabo estos días en la ciudad.

La danza, tal como explica la coordinadora de las estancias, Elisa Novo, tiene varios elementos presentes: "En otras ediciones hemos analizado el lenguaje o los espacios, este año es el turno del ritmo".

Para su análisis, un grupo de reconocidos coreógrafos internacionales como Dana Raz, Marco Flores o Oded Ronen, trabajan junto a un equipo de 55 bailarines, 10 investigadores, 3 compositores y 2 artistas plásticos. Desde el lunes, momento en que comenzaron las estancias coreográficas, los bailarines despliegan todo su arte en lo que llaman "frases de danza", herramientas coreográficas sin acompañamiento musical que nacen del interior del bailarín.

La próxima semana, será el turno de buscar la melodía. Para ello, tres compositores crearán la música a partir de la coreografía. El resultado de la investigación en la que han participado alumnos procedentes de Polonia, Argentina, Malta, Portugal, Italia o Costa Rica, tendrá su muestra gráfica en el Campoamor.

Tras el espectáculo, cuya entrada es gratuita, se llevará a cabo una discusión abierta al público presentada por los directores de la iniciativa, los asturianos Lucía Piquero y Yoshua Cienfuegos.

Además del espectáculo, el proyecto de investigación quedará plasmado en un libro que saldrá a la venta el año que viene.