La idea de recuperar el tránsito peatonal por lo alto de la muralla -técnicamente, adarve o paseo de ronda- no es nueva. Ya la planteó en 1992 el arqueólogo Elías Carrocera, tras llevar a cabo en aquel entonces una labor de limpieza de la construcción por encargo del Ayuntamiento, en la que se incluyó, entre otras medidas, la aplicación de materiales para retrasar la aparición de vegetación en el muro medieval. "Resulta de vital importancia", apuntaba el especialista en su informe, "eliminar los cobertizos" que hay en la parte superior de la construcción, así como retirar los cables y bajantes adosados.

Lo que valía para hace un cuarto de siglo vale para ahora. Carrocera considera que la recuperación del paseo de ronda sigue siendo "posible" y también "necesaria", aunque no de cualquier forma. "La ley a este respecto es laxa y permite muchos tipos de actuaciones, pero aquí lo que se necesita es que se haga de acuerdo a criterios arqueológicos", apunta este experto. A su juicio, el adarve de la muralla debe integrase con normalidad en el urbanismo de la ciudad. "La muralla forma parte de Oviedo desde hace siglos y no se puede vivir de espaldas a ella; hay que aprovecharla", añade.

A corto y medio plazo, el plan del tripartito ovetense para la muralla medieval pasa por su limpieza y rehabilitación. La recuperación del paseo de ronda y otras obras complementarias, como su conexión con la Fábrica de Gas a través de un ascensor panorámico y una pasarela, formarían parte de fases sucesivas dentro del proyecto diseñado para el Ayuntamiento por José Ramón Fernández Molina. El arquitecto recomienda al Consistorio que prepare un "completo" y "ambicioso" plan director con el detalle de todas las actuaciones en la muralla y su entorno.