"El jueves, cuando el ovetense Ramón Fernández conducía su coche hacia San Juan de Beleño, un águila enorme, impresionante, le salió al paso. Ramón Fernández frenó y se encontró con el águila medio atontada. La sujetó por las patas, le dio una pequeña serie de puñetazos hasta dejarla inconsciente, la metió en el coche y se la trajo para Oviedo donde será disecada".