La antigua Fábrica de Armas de La Vega "es una ciudad encerrada que se va destruyendo día a día por el paso del tiempo". Así lo ve Sonia Santacoloma -historiadora del Arte y especialista en Gestión de Diseño Industrial- y así lo expresó ayer después de la visita guiada que ella misma capitaneo por las entrañas de un recinto fabril "que está pidiendo a gritos socorro y ser rescatado para la ciudadanía". Santacoloma, que cuenta en su currículum con estudios minuciosos sobre La Vega y toda su historia, fue la encargada de abrir el programa de las III Jornadas de Patrimonio Cultural de Oviedo, que este año llevan por título "Un patrimonio a pie del camino" e incluyen una serie de visitas guiadas por la antigua fábrica de armas. A la historiadora le tocó hablar sobre el diseño industrial en toda su extensión.

Y es que La Vega no sólo cuenta con "un patrimonio único" en cuanto al diseño del producto en sí, es decir, las armas que se fabricaban en Oviedo, sino que además conserva vestigios de lo que suponía "un cuidado diseño del entorno" y también joyas relacionadas con el arte del diseño gráfico. "Aquí había hasta una imprenta. Algunas metodologías de trabajo que hoy en día se consideran modernas ya se aplicaban en La Vega en el año 1925 porque se diseñaba el producto de principio a fin y había innovación propia. Además, existen espacios impresionantes, llenos de luz y construidos para facilitar en la medida de lo posible el trabajo de los operarios", señala Sonia Santacoloma.

En este sentido, la historiadora tiene muy claro que La Vega es todo un referente en cuanto a diseño arquitectónico. "Calatrava tuvo que inspirarse en el taller de cañones diseñado por Ildefonso Sánchez del Río porque en su obra se ven claras influencias del trabajo elaborado por el que fuera ingeniero municipal en Oviedo. Las arcadas de la terminal del aeropuerto de Loiu (Bilbao) son muy parecidas a las del taller de cañones e incluso el edificio que construyó en Oviedo tiene detalles similares, aunque peor construidos", dice la historiadora.

Para ella, el recinto de La Vega -cuyo futuro comenzará a dibujarse mañana con la primera reunión entre el Ayuntamiento y Defensa- "es una maravilla", aunque reconoce que "su recuperación va a ser dura y va a necesitar muchísima inversión económica". Sonia Santacoloma considera que la parcela en la que descansan las ruinas de la fábrica ofrece un sinfín de posibilidades. "Podría incluir una facultad de Bellas Artes, centros de investigación médica, espacios ligados a las nuevas tecnologías... El recinto es tan grande que se puede hacer de todo y a la vez conservar ese patrimonio tan valioso con el que contamos", señala. En su opinión, para sacar adelante La Vega se necesita un acuerdo a tres bandas "entre la Universidad, el Estado y el Ayuntamiento apostando sobre todo por la tecnología".

Sonia Santacoloma considera que las visitas guiadas a La Vega "son un acierto" aunque esa apertura de la fábrica a la ciudadanía "llega mucho más tarde de lo que debería".