La presentación de "La Malquerida", el nuevo título del Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA, se convirtió ayer en un acto en solidaridad con los trabajadores del Teatro de la Zarzuela, en huelga estos días en protesta por la fusión con el Real. Empezando por el presidente de la Fundación Municipal de Cultura de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos, y siguiendo por los técnicos, músicos, cantantes y actores, ayer, en el Campoamor todos manifestaron su apoyo a los compañeros de la Zarzuela. También lo hizo Manuel Coves, el director musical de "La Malquerida", que se representa el 12 y 14 de abrir en el teatro ovetense.
- ¿Qué espera usted de la fusión de los teatros de la Zarzuela y Real?
-Aún no conocemos la letra pequeña. Uno está gestionado por una fundación público-privada, el otro es cien por cien público y se preocupa por conservar el patrimonio lírico español, tanto la zarzuela y la ópera como el ballet. El patrimonio cultural español no puede estar en manos de una fundación privada y es obligación del Estado preservarlo. En 1997, cuando se reinaugura el Real, se incluía la Zarzuela en la fundación del teatro lírico, así que ahora no nos debería haber pillado de sorpresa. Lo que hay que hacer es preservar y dar importancia a nuestro patrimonio. Tenemos zarzuelas que son mejores que algunas obras del bel canto italiano.
- ¿La responsabilidad es de los políticos o de los músicos?
-Los músicos reinterpretamos lo que hay en una partitura y hacemos lo que podemos desde nuestro puesto, pero los que tienen la fuerza son los políticos de turno. Los músicos solo podemos reivindicar que el género es importante y que es nuestra cultura.
- Para "La Malquerida" han llevado a cabo un gran trabajo de investigación.
-Desde el punto de vista musical lo menor que nos puede pasar es que tengamos la partitura original y que no haya grabaciones. Eso nos evita errores que podríamos atribuir a la tradición. Tenemos la partitura limpia. Es más complicado pero más creativo.
- ¿La música no se ha quedado trasnochada desde el primer estreno en 1935?
-La música es una sorpresa para el público porque nadie la ha oído. Es una obra nueva con romanzas maravillosas, con cuatro o cinco números musicales que se van a incorporar al repertorio tradicional. Son de una calidad musical brutal y hacen brillar la voz de los cantantes.
- ¿Por qué no se ha representado nunca desde su estreno?
-No lo sé y si alguna vez lo supe lo olvidé. Pero pasó algo parecido a la recuperación de "Entre Sevilla y Triana", que se estrenó en el 52, se estuvo tocando un año y luego desapareció, hasta que se encontró la partitura metida en un cajón.
- Sin ninguna referencia previa, ¿qué pensó al ver 'La Malquerida' por primera vez en escena?
-Desde el primer momento se reconoce que está sonando Penella. Si se conoce del Gato Montés, que se escribió veinte años antes, se reconoce ese color y esos giros melódicos.
