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La solución al caos a la salida del Tartiere es una pasarela elevada, dicen los arquitectos

Los técnicos reconocen que el proyecto sería "complejo y costoso", pero aliviaría la gran escalera que da a la tribuna Lángara

La solución al caos a la salida del Tartiere es una pasarela elevada, dicen los arquitectos

La solución al caos que se produce a la salida de cada partido de liga en el Carlos Tartiere está en la parte alta del estadio municipal. Varios arquitectos consultados por LA NUEVA ESPAÑA sobre la propuesta de los aficionados de crear nuevas rampas o escaleras automáticas con el fin de atajar los atascos en la gran escalera que da a la parte baja de la tribuna Lángara consideran que un paso elevado entre la calle Ricardo Vázquez Prada y la tribuna Aramo sería la alternativa más eficaz. Ahí habría que encontrar también una solución para que el flujo de aficionados pudiera acceder al recinto, pues la tribuna Aramo es la asignada a la afición visitante.

Los arquitectos consultados llaman a aprovechar la existencia de accesos en las tres alturas del estadio para buscar caminos más cortos y asequibles. "Es factible implementar unas salidas más sencillas al contar ya el espacio con entradas en tres niveles distintos", indica el arquitecto Alfonso Toribio, partidario de reflexionar profundamente sobre posibles cambios. "Hay que estudiar la medida más económica y proporcionada", sugiere.

La propuesta es vista con buenos ojos por Emilio Llano, autor del proyecto del campo, inaugurado en el año 2000. "Un acceso superior daría respuesta a la gran afluencia de la escalera, asegura el técnico, recordando que no es la primera vez que se baraja esta posibilidad. "Ya hubo intentos previos, pero finalmente se desecharon, quizás por asuntos económicos", indica el "padre" del estadio ovetense.

El principal impedimento para culminar la que para los expertos sería "la solución ideal" serían las obras adicionales para encajar los pasillos elevados. "Lo más acertado sería dirigir las pasarelas hacia la parte alta de las gradas, pero requiere una gran inversión", sostiene el arquitecto y seguidor oviedista Ignacio Ruiz Allen, muy crítico con la ubicación elegida en su día para el Carlos Tartiere. "Desde un principio quedó desligado de la ciudad", indica el experto, que califica la posibilidad de ampliar las escaleras actuales como "un parche" poco efectivo.

Por su parte, el presidente del Real Oviedo, Jorge Menéndez Vallina, mostró ayer su respaldo a las soluciones planteadas por los aficionados, aunque deja en manos del Ayuntamiento la decisión sobre las mismas. "Todo lo que sea mejorar será bienvenido, pero las propuestas deben ser valoradas por los técnicos y, de momento, no nos consta que haya planes para acometerlas", subrayó el presidente del club azul.

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