La dirección del Conservatorio Superior de Música de Asturias y el departamento de inspección de la Consejería de Educación del Principado conocían desde el pasado mes de enero el caso de acoso sexual por parte de un profesor a una de las alumnas del centro. Así lo aseguraron ayer desde el entorno de la joven. Aseguran que ante la gravedad del caso lo pusieron en conocimiento de las autoridades académicas y nadie les hizo caso ni se tomó ninguna medida.

Las medidas han llegado ahora, después de que la alumna anunciase en los medios de comunicación que iba a presentar una denuncia el Juzgado. El Consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, anunció ayer tras la reunión del Consejo de Gobierno, que los servicios de Inspección Educativa han abierto una investigación para esclarecer las denuncias del alumnado. La Inspección ha optado por un procedimiento de "información reservada" que puede desembocar en un expediente disciplinario o en el archivo. "El caso va a ser investigado con sumo cuidado y rigor porque las denuncias son muy graves y exigen un análisis en profundidad", dijo Martínez.

La dirección del centro continúa sin hacer ninguna valoración apelando a la discreción debida al tratarse de funcionarios públicos.

Ese rigor es el que le hubiese gustado a la joven que se hubiese puesto en marcha hace meses cuando contó lo que estaba ocurriendo a la dirección del Conservatorio y se puso en contacto con Inspección. En los dos casos, dice su entorno, optaron por no atender sus reclamaciones de la forma que ella esperaba, y le conminaron a acudir a la Policía.

La joven presentará hoy mismo la denuncia en el Juzgado, una denuncia que lleva preparando junto a sus abogadas desde el pasado mes de febrero cuando tomó la decisión de que no podía seguir así, de que debía dar un paso al frente y evitar que otras chicas se viesen afectadas.

Todo empezó, según el relato de la chica, en 2015, cuando ella empezó a clase con este profesor. A los pocos días el hombre intentó tocarla, los abusos fueron a más y la salud de la chica se fue deteriorando hasta sufrir importantes crisis de ansiedad y tener que someterse a tratamiento psiquiátrico y psicológico. No lo quería contar en casa. No quería que su carrera se viese afectada y aguantó durante dos años tocamientos, insultos e incluso agresiones físicas, según cuentan quienes conocen el caso.

La chica tripitió curso pese a que hasta ese momento había sido muy buena estudiante y en más de una ocasión pensó en dejar la carrera musical, incluso durante unos días dejó de ir a clase.

A finales del año pasado optó por solicitar un cambio de profesor y presentó un escrito a la dirección del centro. Le dijeron que siguiese con su maestro pero ella relató parte de lo que le ocurría y finalmente se le concedió el cambio, sin que se tomaran otras medidas hacia el profesor denunciado.

Un mes después, a principios de febrero de este año, la joven tomó la decisión de denunciar el caso y se puso en contacto con dos abogadas. Fue uno de los momentos más duros cuando tuvo que verbalizar todo lo que le había ocurrido durante dos años y medio. Contó cómo el hombre le besaba en la boca, le tocaba el pecho y el culo y cómo, incluso, llegó a tirarla al suelo.

La chica quería esperar, "quería terminar el curso", dice, pero finalmente una vez tomada la decisión ha optado por seguir adelante. Sigue estudiando y preparándose para los exámenes de fin de curso con la esperanza de que su expediente académico no se vea afectado por la situación. Ella asegura que "no se trata de una venganza" pero también espera que nadie tome represalias contra ella por alzar la voz y denunciar.