La festividad del Corpus Christi en Oviedo se despide de una tradición que se remonta al año 1830. Hasta hoy, el Ayuntamiento y el Cabildo de la Catedral llevaban 188 años compartiendo las fresas -que para ser rigurosos deben ser de Candamo- tras la misa, una reunión a la que asistían el Alcalde y los concejales, los canónigos y el Arzobispo de la diócesis. Esa costumbre se interrumpe y el Ayuntamiento da sus razones para hacerlo. "Nosotros no rompimos ninguna tradición. El Cabildo anuló el caldo del Domingo de Ramos el año pasado y nosotros los invitamos a las fresas del Corpus, pero no vinieron", manifestó un portavoz municipal.

El año pasado el Ayuntamiento adelantó la degustación de las fresas al jueves anterior al domingo del Corpus, porque el alcalde, el socialista Wenceslao López, tenía que viajar a Madrid, según la versión municipal. El Arzobispo ya tenía otro acto programado en su agenda, así que su asistencia fue imposible.

"Este año el Arzobispado tampoco ofreció el caldo del Domingo de Ramos, y por lo tanto nosotros tampoco pondremos las fresas para el Corpus", explicó el portavoz del Ayuntamiento.

Los miembros del tripartito que gobierna la ciudad, formado por Somos, PSOE e IU, no acuden a actos religiosos como la misa de San Mateo o la fiesta de Santa Eulalia de Mérida. A pesar de ello, el deán de la Catedral, Benito Gallego, asegura que hoy tendrán "como siempre, un banco reservado, como lo comunicamos a Protocolo del Ayuntamiento: no queremos entrar en ninguna guerra".

El de las fresas y el caldo no es el único desencuentro entre el gobierno local y la Iglesia. También está el problema del uso que el Ayuntamiento da a la plaza de la Catedral durante las fiestas.