Abdelwahid Aghbalou, el hombre acusado de matar a la joven ovetense de origen ecuatoriano Karla Pérez en la playa melillense de La Hípica en julio de 2016 fue desalojado temporalmente esta mañana del juicio celebrado en la sección tercera de la Audiencia Provincial por el juez, después de interrumpir en varias ocasiones la declaración de su hermano, marroquí al igual que el acusado, reclamando un traductor porque aseguraba que "no se está enterando de nada".

Aghbalou admitió el viernes, en la primera sesión del juicio que se prolongará al menos hasta el miércoles, que agredió a la que entonces era su pareja en presencia de su hijo -entonces de diez meses-, pero defendió que abandonó el lugar del crimen pensando que la chica estaba vida, pero se estaba haciendo la muerta "para asustarme".

En la segunda sesión, celebrada esta mañana, declararon tanto los familiares del acusado, como la familia y los amigos de la víctima, así como seis guardias civiles que participaron en la investigación. Durante la intervención del hermano del acusado, en el que este mostró problemas de comprensión de las preguntas de los abogados, Agbalou interrumpió el testimonio. "No se está enterando de nada y necesita un traductor", dijo en varias ocasiones provocando la decisión del juez de desalojarlo.

Una vez que terminó la testificación del hermano, el magistrado permitió de nuevo su entrada y pudo presenciar como la mujer de su hermano y su propia sobrina. Los allegados del supuesto asesino reconocieron sus problemas puntuales con el alcohol y las drogas, pero se contradijeron en varias ocasiones respecto a lo sucedido el día de la muerte de Karla Pérez. "Estaba durmiendo y no recuerdo bien cuando nos avisaron", indicó la esposa del hermano del marroquí.

En lo que respecta al hermano y los amigos de la víctima, todos coincidieron en que la relación del acusado con la fallecida sorprendió a todo su entorno. Relataron como ella solía buscar excusas tras sufrir varias lesiones que, posteriormente, les confesó, fueron fruto de agresiones de su novio y padre de su hijo. "Le dije que ir a despedirse de él antes de volver a Ecuador era una barbaridad", comentó un amigo sobre la reacción que tuvo tras conocer los planes de Karla de realizar un viaje en el que posteriormente perdería la vida a manos de su expareja, que previamente había sido expulsado a su país de origen por las denuncias por malos tratos de la fallecida.

Antes, los agentes de la Guardia Civil coincidieron en declarar que los hechos tuvieron lugar en torno a las seis de la madrugada en un lugar apartado en el que no suele haber tránsito de personas a esas horas. Aspecto este que reforzaría la tesis de que el asesinato se cometió con alevosía como defiende la Fiscalía, que pide para el acusado 26 años de cárcel con el agravante de violencia de género.