La Policía Local precintará el lunes el bar Jamón, Jamón, en la calle Ramón y Cajal, frente al edificio histórico de la Universidad de Oviedo. Y así estará durante un mes, cerrado.

El propietario del local ha recibido la notificación de la sección de Licencias del Ayuntamiento en la que le dan un plazo de diez días para "sacar los enseres, bienes perecederos y todos aquellos objetos que considere pertinentes". En ese mismo plazo el propietario puede ponerse en contacto con la Policía Local para decidir el día de cierre. Será el lunes para que el periodo de sanción coincida con todo el mes de julio.

La medida afectará al propietario y a los 14 trabajadores que tiene actualmente el local. Todos cobrarán su nómina del mes de julio aunque el local esté cerrado, asegura la propiedad.

La sanción se deriva de un expediente que se le había abierto al local por permitir a sus clientes beber en la calle, algo que está prohibido por la ordenanza municipal. El propietario tuvo que hacer frente a una sanción de 3.000 euros, pero durante la tramitación de esa multa se abrió otro expediente que fue acumulando actas levantadas por la Policía Local y que ha terminado con el precinto del local.

El propietario acata la sanción, pero explica que desde que el pasado mes de febrero pagó los 3.000 euros de multa sus clientes ya no tomaban sus consumiciones en la calle.

En aquel momento el propietario del local propuso abrir el debate ya que "es por todos conocida la gran cantidad de establecimientos en toda la ciudad, en las principales zonas comerciales y de ocio, también nocturno, en los que se produce la misma situación, con los clientes bebiendo en la calle, y nada sucede al respecto". Desde la dirección del local no pretenden señalar a otros, sino buscar una solución conjunta. En su zona, concretamente pasaría por la peatonalización de la calle, pero también por la "instalación de bolardos en la zona de carga y descarga o la modificación del paso de peatones".

El Jamón, Jamón recordó entonces que les fue denegada la licencia de terraza, que sí tenía la anterior gerencia del local. El establecimiento, que fue bar durante décadas, disponía de varias mesas con sombrillas al otro lado de la acera, ya en la calle San Francisco, donde está situada la estatua de la mujer sentada.

Ahora la propiedad lamenta tener que decir a sus clientes que tiene que cerrar durante todo el mes de julio, una época además en la que esa zona está muy concurrida por ovetenses y turistas que llegan a la ciudad.