El edificio de Telefónica permitió ayer a decenas de niños viajar en el tiempo. Los talleres infantiles organizados por los trabajadores de la histórica compañía de telecomunicaciones impresionaron a los participantes que completaron las plazas disponibles mediante unos aparatos para ellos hasta entonces desconocidos como los teléfonos de rueda o los de cabina.

Los pequeños no daban crédito al hecho de que sus abuelos tuvieran que deslizar una rueda para telefonear a sus amigos y desconocidos, ni que fueran necesarios aparatos tan grandes para realizar llamadas. "Estamos muy satisfechos porque llenamos las plazas muy rápido y los niños disfrutaron aprendiendo", señalaron representantes de la empresa que también organizó visitas guiadas para adultos.