Varios de los negocios con contrato en vigor en el centro comercial del Calatrava denunciaron ayer un supuesto boicot de los nuevos propietarios del complejo, el grupo Estabona, para que abandonen el complejo. "Nos quieren acorralar", coinciden varios vendedores preocupados por la decisión de los nuevos dueños de desalojar a varias marcas a partir del próximo día 26 y cerrar a cal y canto con pladur los pasillos del equipamiento en los que no quedan locales abiertos. Decisiones que, a su juicio, "han mermado las ventas navideñas y arruinado las rebajas".

Fue el titular del Burger King del centro comercial el primero en alzar la voz el viernes, asegurando que "el progresivo vaciamiento del centro ha venido y viene afectando a las ventas". Ayer varios titulares y empleados se sumaron a esas quejas generadas tras conocer el cierre de H&M para finales de marzo -una de las pocas marcas que tenían un largo contrato vigente-y exigían explicaciones por parte de los nuevos dueños para acabar con sus incertidumbres. "Están jugando con el trabajo de más de 200 personas, así que no sobraba que dijeran claramente lo que van a hacer", apuntó la empleada de un comercio con contrato en vigor que, de momento, prevé continuar en el Calatrava pese a la marcha y desalojo de diferentes marcas.

La principal crítica que se hace a la gerencia es la decisión de cerrar los pasillos sin locales abiertos con planchas de pladur. "Está claro que buscan acorralarnos en este desierto y espantar a los pocos clientes que siguen fieles a nuestras tiendas", proclaman los vendedores.

Aunque los planes de los dueños pasan por vaciar el equipamiento para acometer una profunda reforma, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA el pasado noviembre, hasta la fecha sólo se conocen algunos casos concretos en los que los propietarios fuerzan a las empresas a marcharse. Es el caso, por ejemplo, de Benetton, cuya tienda bajará la persiana el próximo día 26 tras negarse la gerencia a renovar su contrato e incluso acelerar su marcha. "Se pidió seguir al menos hasta febrero, pero dijeron que les corría prisa que nos fuéramos", indican fuentes cercanas a la marca, empleadora de seis personas en el Calatrava.

A su marcha se sumarán en las semanas siguientes otros cierres sonados. Stradivarius se irá en febrero y la marcha a finales de marzo de Tino Lozano dejarán el pasillo principal de la primera planta totalmente vacío. Algo similar ocurrirá en la tercera planta con el adiós de Benetton, donde Springfield todavía resiste, pero ya se marchó hace unos meses la empresa Décimas, en este caso, por decisión propia. Por su parte, Primark, el gran reclamo actual para los compradores, ya anunció que deberá dejar el Calatrava a finales de marzo, al igual que el restaurante Krunch.