A Sonia Puente (Gijón, 1971) le quedan tres meses y una cuestión de confianza que se votará dentro de seis días para finalizar su mandato al frente del Colegio de Arquitectos de Asturias. Puente, primera mujer en asumir el decanato de la institución, vio cómo le rechazaban el presupuesto en una asamblea en diciembre y ese resultado ha puesto en marcha -así lo dictan los estatutos- que se someta a una moción de confianza, a pocos meses de que, en mayo, haya nuevas elecciones en el Colegio.
- ¿Ha cumplido el programa con el que se presentó como decana?
-En su mayor parte. Si la confianza nos la tienen que dar por haber cumplido lo que prometimos, la verdad es que no nos hemos salido del guión.
- ¿Notó, hasta ahora, oposición a la gestión de su junta?
-La primera asamblea fue la más dura, pero las hemos ido pasando todas. Hasta esta.
- ¿Cómo lee esos 47 votos en contra del presupuesto frente a los 32 a favor?
-Hay varios factores. Por un lado, estamos cerca de las elecciones. Además, como buenos gestores, llevábamos muchas cosas a la asamblea de diciembre, y eso es lo que se empezó a tergiversar.
- ¿Cree que hay detrás un intento de apearle de cara a las elecciones?
-Sí. Cuando nos presentamos a las elecciones había cuatro candidaturas, y gran parte de la oposición en la asamblea pertenecía a las otras tres listas.
- Dice que su proyecto se ha realizado. ¿Cómo?
-Veníamos con un proyecto de repensar el Colegio al futuro, porque venimos de una crisis, se le está dando la vuelta a todo, también a nuestra profesión, y nuestro proyecto pasaba también por una reestructuración del Colegio. Eso incluye, por ejemplo, la creación del Instituto de Arquitectura.
- ¿Para qué sirve? Le acusaron casi de montar una agencia de colocación.
-Para nada. El Instituto es un departamento del Colegio. Al llegar nos encontramos con una estructura muy plana. Sólo había un gerente, y poco más. Lo primero que hicimos fue crear tres grandes áreas: Asistencia interna, Visado y el Instituto. El Instituto es la herramienta para apoyar la figura del arquitecto, ofreciendo formación continua de excelencia, destacando nuestro trabajo y ayudando, también a financiar el colegio.
- ¿Cómo?
-Ofreciendo servicios de formación, culturales, de asesoramiento externo... Si Oviedo, por ejemplo, es un referente en el MIR, el Instituto se puede convertir en un referente nacional en determinado tipo de másters. Y eso puede dar sostenibilidad a esta institución además del Visado, que es nuestra fuente principal de financiación. Así que lo único que queremos es asegurar la viabilidad del colegio con un nuevo departamento, y ha salido una plaza de director porque, como somos muy ambiciosos, queremos una persona que cumpla determinados requisitos,
- Usted prometía también "poner en valor" la sede de Gijón. Le acusan de lo contrario, de querer liquidarla.
-Ni es así ni estatutariamente sería posible. En Oviedo hay más empleados porque se dan más servicios. Pero queremos aprovechar las sedes al máximo, e igual que en Oviedo alquilamos salas, la propuesta en Gijón era crear un espacio de trabajo compartido, un coworking, hacerlo atractivo para los colegiados y que se generaran sinergias con otras disciplinas. La sede va a seguir dando los mismos servicios. Con el coworking buscamos, además, un aliado estratégico que es Impulsa, la empresa pública de promoción de Gijón. La idea es que ellos atrajesen a más gente y durante el primer año nos enseñaran a gestionar un espacio de este tipo.
- ¿Quita sitio a alguien en Gijón ese coworking?
-No. Ahora mismo es una sede ocupada en una tercera parte, más o menos. Y no soló no quita sitio a nadie sino que la gente de Impulsa sacaría adelante proyectos que generarían proyectos interesantísimos. Es como cuando a un centro comercial le interesa alquilar a coste cero a Inditex para atraer a otras tiendas.
- ¿Cuál es el problema? ¿Localismos, Oviedo vs. Gijón?
-Un poco sí. El debate es muy primario, es debatir entre Oviedo y Gijón en vez de pensar en cómo dar mayor visibilidad a nuestra institución.
- Volvamos al repaso a la gestión.
-Hemos trabajado en la escala corta, media y larga. Proyectos a largo plazo son el del Instituto, a medio, la reestructuración del Colegio, y luego hemos implantado la ISO, con mucho trabajo para certificarnos; estamos permanentemente revisando las licitaciones de los concursos para que cumplan requisitos mínimos, hemos creado la Comisión de Defensa del Colegiado para gestionar cualquier agravio sufrido por un colegiado y hemos creado infinidad de grupos de trabajos, nunca hubo tantos, de arquitectos jóvenes, arquitectura sostenible...
- ¿Y el visado?
-Lo hacemos en menos tiempo y más barato. Este mes estamos entre dos y tres días para visar. Y eso es posible porque hemos modificado muchísimo la herramienta digital.
- ¿Es cierto que ha saturado el colegio con actividades de género, sobre la mujer?
-Lo hemos calculado, son un tres por ciento de toda la actividad. Por otra parte, las intervenciones de la Junta tienen que ver con el urbanismo con perspectiva de género, o inclusivo, que es una demanda social. Y ahí lo que estamos abriendo también es una línea de trabajo.
- Se le ha acusado también de presidencialista.
-Sí, claro, es que soy la Decana, y una de las funciones estatutarias es la de representar a los colegiados. Acudimos con listas abiertas y fuimos votados por la mayoría. Somos un equipo muy unido y las relaciones institucionales es la labor de una decana.
- ¿Se haría esa crítica si estuviera un hombre en el cargo?
-Yo tengo muchas dudas. Me hago esa pregunta y me gustaría que alguien la contestara. Cuando hablan de la exposición pública lo que pasa es que hemos trabajado mucho. En sólo año y medio hemos generado 400 noticias en medios de comunicación hablando de arquitectos.
- ¿Por qué plantean subir las retribuciones a la Junta directiva?
-No a la nuestra, se haría a partir de la siguiente que viniera. Aclarado esto, creo que hay cierto desconocimiento. Somos una junta que tenemos nuestros trabajos y no vivimos de esto. Y esta visión es muy clasista, porque no permite que quienes no tengan su manutención asegurada puedan integrarse en las estructuras de gobierno. Sin llegar a profesionalizar la Junta, me gustaría tener personas bien pagadas para poder exigirles resultados.
- ¿Cómo encara la cuestión de confianza?
-Nos sentimos respaldados y tranquilos. Ha votado contra el presupuesto en la última asamblea el 5% del total de colegiados. Ahora vamos a defender el día 30 nuestra gestión. Si no logramos la confianza nos iremos a casa, pero tan cerca de las elecciones lo único que logrará será desestabilizar la institución.
