La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El centro de Oviedo ya no es un imán y lastra el futuro de la ciudad, dicen los expertos

La equiparación del precio del metro cuadrado con otras zonas, el deterioro del paisaje urbano y la salida de grandes cadenas hacia otras ubicaciones, entre las señales de alarma

El arranque del año está dejando en Oviedo un reguero de negocios clásicos que echan el cierre (La Goleta y Latores, entre los últimos) y una insistencia en la llamada de socorro de comerciantes y hosteleros locales. La última, la de Ignacio del Río y la nueva asociación que preside, Comercio de Oviedo. La coincidencia en el tiempo y en el espacio de todos estos fenómenos no es, sin embargo, ninguna casualidad. Dos grupos de referencia de la investigación académica como son el Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (Cecodet) y el Laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab) han llegado a la misma conclusión: Oviedo es una ciudad de servicios, su motor vital depende de la capacidad de atracción de personas a su centro y esa fuerza tractora está empezando a mostrar signos de debilidad.

En el Cecodet, explica su director, el catedrático de Análisis Geográfico de la Universidad de Oviedo Fermín Rodríguez, conocen bien la situación porque acaban de realizar un estudio en profundidad. Dividieron Oviedo en sectores, analizaron en cada uno datos objetivos, tales como número de pintadas en las fachadas o nivel de renta de los vecinos, los pusieron en relación y sacaron conclusiones. La primera es que en toda la ciudad el paisaje urbano se ha ido degradando notablemente. La segunda, que el descuido en el cuidado urbano es clave en la atracción de otros sectores y segmentos poblacionales al centro urbano, que pasa por ser la capacidad funcional básica de una ciudad como Oviedo. "La degradación del paisaje urbano", explica Fermín Rodríguez, "revela problemas en la estrategia para mantener limpio y en condiciones el espacio público, algo que las ciudades cuidan mucho y en lo que invierten muchos recursos. En otros casos, descubrimos que las pintadas eran la punta del iceberg de agujeros negros, áreas que se están degradando, donde luego llega la marginalidad, la composición social se segmenta y acaban vaciándose. Eso está sucediendo en el propio casco histórico".

El hecho de que Oviedo sea una ciudad con muy poca población dentro de su primer anillo, el centro urbano entendido en su extensión más amplia, y que concentra al grueso de sus habitantes fuera, complica más las cosas. "Porque Oviedo vive de eso, no es industrial, es una ciudad de tracción, y si flojea la atracción del espacio público o de sus comercios, flojea todo", resume Fermín Rodríguez.

En el Cecodet recomiendan a la ciudad que identifique y vigile esos puntos conflictivos, "vórtices negativos que se pueden ir acumulando", alerta Rodríguez. "Mantener una ciudad en un nivel alto es complicado", resume, "pero las ciudades, como las empresas, tienes que tenerlas actualizadas. Hay que gastar dinero en su renovación y hay que estar atento a lo que se lleva en el mundo para ponerlo en tu ciudad". Su última recomendación es que no se trata sólo de un problema de la administración local, sino de la colaboración de todos los sectores. Y que para reactivar el centro (pone como buenos ejemplos León o Avilés), es necesario también crear otras centralidades, pensar equipamientos que se conviertan en pequeños polos que generen otro tráfico interno.

Fernando Rubiera, coordinador del Regiolab y profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Oviedo, llega a parecidas conclusiones y está viendo, en las voces de alarma de los comerciantes, una confirmación de una línea de trabajo en la que venían trabajando, más propia de la literatura académica de Estados Unidos pero que, a la vista de los resultados, también es válida para el diagnóstico de una ciudad como Oviedo. "Se trata de marcar unos indicadores que son los que te hacen ponerte en alerta, y en Oviedo, yo lo llevo diciendo un tiempo, estábamos viendo que se cumplían esas condiciones, que pasábamos a estar en luz amarilla".

La teoría dice que para que una ciudad sea dinámica es muy importante que conserve el dinamismo de su centro, entendido de la forma más amplia, no sólo el centro histórico. "Si el centro empieza a mostrar signos de debilidad, eso acaba afectando al resto". Y Rubiera cree que eso empieza a pasar en Oviedo.

Entre los errores más graves que han llevado a esta situación, el profesor identifica la instalación de un gran centro comercial en la periferia que aunque pertenezca a otro municipio afecta a Oviedo y mina su capacidad de atracción, los problemas de movilidad de un transporte público "que no está funcionando bien", una peatonalización que, pese al acierto, impide a los visitantes llegar al centro, o la ausencia de "una visión metropolitana de la ciudad". "Guste o no, voten sí o voten no, Oviedo está conformando un área metropolitana de libro, y cada día que pasa es un día menos para ordenarla y aprovecharla", apunta el director del Regiolab.

Rubiera aclara que Oviedo todavía no tiene un problema, sino la necesidad de actuar ante estas alarmas, antes de que el daño sea irreparable, pero cita una serie de indicadores que inciden en lo mismo. Primero, la dificultad de la gente de la periferia para acudir al centro. "Si los vecinos de Lugones, por ejemplo, no asumen el pequeño coste de venir a Oviedo salvo para trabajar, y no lo hacen en un mes y lo invierten en ir a otros sitios que les cuesta más, es algo peligrosísimo, porque quiere decir que no estamos atrayendo gente, que hemos perdido esta capacidad".

También pesa la ausencia de determinados atractivos, como cines en el centro de la ciudad o la falta de una vida cultural más dinámica. Dos últimos indicadores importantes, concluye Fernando Rubiera, son el precio del metro cuadrado comercial y la presencia de las grandes marcas.

"Cuando el precio de las viviendas y los locales del centro de la ciudad se igualan con los de los barrios, quiere decir que se pierde dinamismo, eso no es bueno y lo estamos empezando ya a ver en Oviedo, también en los alquileres. Las grandes marcas, también sirven de referencia. Si se van de la ciudad y no conservan en el centro ninguna tienda, es una señal muy peligrosa", alerta Rubiera.

Compartir el artículo

stats