"Aquí lo normal es estar parado quince minutos si te pilla justo la llegada de un tren, algo más si se cruzan dos convoyes". Gerardo Ramírez es uno de los conductores que atraviesa varias veces al día el paso a nivel de San Claudio, una de las vías de acceso más transitadas de esta localidad ovetense. El tiempo medio de espera desespera a los vecinos, que además pueden llegar a sumar otros quince minutos en las horas punta de entrada y salida del trabajo al formarse allí atascos de media hora.
El acceso al paso a nivel desde el barrio de Rivero es un puente de reducidas dimensiones en el que se acumulan los vehículos y los autobuses de la línea J1 y J2 Otero-San Claudio, unos para seguir ruta y otros para dar la vuelta. Los minutos perdidos también aumentan cuando el tren de Renfe que va a San Esteban tiene que esperar en el apeadero a que pase el que va hacia Oviedo. "Llevamos toda la vida así, pero lejos de acostumbrarnos estamos hartos. Parece que somos ciudadanos de segunda", dice junto al paso a nivel Luis Miguel Fernández Lorenzo, el presidente de la Asociación de Vecinos de San Claudio. A su lado, otros califican la situación como de "propia del Tercer Mundo".
Los vecinos llevan años reclamando una vía digna de entrada y salida que facilite la comunicación con Oviedo, Gijón o Avilés de manera mucho rápida que en la actualidad. Los conductores tienen dos opciones. Ir por la zona de Las Campas hasta La Argañosa para llegar a Oviedo topándose con una decena de semáforos o atravesar el paso a nivel hasta ir a dar la autovía Oviedo-La Espina tras recorrer varios kilómetros. "Pedimos que nos hagan un 'pinchazo' con la autovía para dejar de hacer esos trayectos tan enrevesados, pero nadie nos ha hecho caso hasta el momento. Da igual el partido político que esté al frente. San Claudio sigue olvidado", protesta la vecina Rosario Lorences.
El paso a nivel de Renfe tiene al menos ochenta años. Está situado junto al apeadero y tiene una doble vía para permitir el cruce de trenes. Por allí pasan dos líneas; Oviedo-San Esteban y Trubia-Gijón. Los vecinos han propuesto diferentes soluciones a lo largo del tiempo. Desde construir un paso subterráneo o un túnel para salvar la vía férrea hasta instalar un semáforo extra que coordine el tráfico de la carretera con el de los trenes. Según el presidente de la agrupación vecinal, muchos turismos se saltan la señalización del suelo generando atascos e interrumpiendo el paso del autobús que tiene allí su cabecera.
Los vecinos han puesto sus esperanzas en que el próximo gobierno local atienda y ejecute sus reclamaciones.
