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Piqueros: una casa y tres vecinos

Los dueños de la única vivienda de esta localidad del Naranco exigen atención por parte municipal: "Estamos dejados de la mano de Dios"

El matrimonio formado por María Josefa Álvarez y Luciano Mier, en su casa de Piqueros, donde también vive una hija de ambos. | FERNANDO RODRÍGUEZ

Si uno teclea el nombre de Piqueros en Google Maps y acerca la lupa lo suficiente podrá ver la única casa habitada de esta localidad de la parroquia ovetense de Loriana. Actualmente es la vivienda de Luciano Mier y María Josefa Álvarez y su hija María José. Antes, ya lo había sido de otras cuatro generaciones de la familia de la mujer, que presume de vivir en un paraíso situado en el suelo protegido del monte Naranco. Las vistas infinitas, la tranquilidad, la compañía de sus perras, "Reina" y " Pipa"... Todo sería perfecto para la única familia de Piqueros si además de solos -la casa más cercana está en Lotero- no se sintieran desamparados por el Ayuntamiento. "No tenemos absolutamente nada. Estamos desatendidos y dejados de la mano de Dios", afirma María Josefa Álvarez.

Para empezar, según denuncian, la traída del agua no llega a su casa y tienen que surtirse de una fuente cercana, todo un problema en una casería en la que siempre se vivió de la ganadería. "En su momento nos dijeron en el Ayuntamiento que ellos ponían la tubería, pero que nosotros teníamos que meter una máquina y pagar la obra", señala María José Mier, una de las hijas del matrimonio y que suma la tercera vecina de Piqueros. "El alcantarillado no va a llegar nunca y el alumbrado nos lo han puesto hace relativamente poco; antes teníamos que andar a oscuras a pesar de vivir a siete kilómetros de la calle Uría", denuncia Mier. Para sacar la basura, por ejemplo, tienen que subir las bolsas a su coche y llevarlas a contenedores de localidades cercanas con más población.

Pero uno de los mayores problemas para la familia es el acceso a la vivienda desde la carretera, unos quinientos metros de "caleya" que están sin asfaltar y que les dan muchos quebraderos de cabeza. "Llevamos pidiendo que la arreglen desde hace veinte años y nadie nos hace caso. Ana Rivas -la concejala de Infraestructuras (PSOE)- nos dijo en su momento que la obra estaba en su lista, pero acabamos de recibir una carta del arquitecto municipal en la que nos dice, después de tanto tiempo, que la carretera está en una zona protegida y que no se puede hacer nada", asegura la hija del único matrimonio que vive en Piqueros. "Estamos pagando casi 300 euros de IBI y desde hace poco nos cobran otros 60 por un tendejón que tenemos en la finca, pero ya les hemos pedido que nos eximan de los impuestos porque no nos ofrecen nada a cambio de lo que pagamos", recalca.

Luciano Mier afirma que el camino está lleno de grijo suelto y que los coches patinan al rodar por allí. "Si tiene que venir una ambulancia, como ya ha pasado, puede que no consiga salir de aquí", denuncia.

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