Lo primero que hizo Jesús Maestro antes de su conferencia de ayer en la Fundación Gustavo Bueno fue lanzar un dardo al concejal de Economía, Rubén Rosón. "Confiemos en que nada interrumpa la charla. No hay nada que irrite más a una persona servil que el discrepar de sus contemporáneos". Luego comenzó su ponencia sobre la dialéctica entre el Quijote de Cervantes y el de Avellaneda.
Con la contraposición ideológica como base, el experto entiende que el "Quijote de Avellaneda" "es un sistema de ideas que está en las antípodas de Cervantes, pero siempre dentro de la hispanidad". Maestro abundó en esa idea, "los trapos sucios entre ellos son internos".
En esa dialéctica de ideas se sustentan las distintas teorías sobre la identidad real de Avellaneda. Una de ellas apunta a Lope de Vega y un grupo de colaboradores con la cooperación de la Inquisición. "Lope era 'familiar del Santo Oficio y el Quijote de Avellaneda contiene los hábitos de la Inquisición", dijo.
Aún así Maestro se decanta más por la tesis de que el autor puede ser Jerónimo de Pasamento, "un untraconservador enemigo acérrimo de Cervantes con quien había coincidido en el exilio en Argel o en la batalla de Lepanto".
